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Bogotá, Colombia - América

Lo religioso en la educación en el actual contexto. Aproximaciones a las fuentes sociológica y pedagógica

Lo religioso en la educación en el actual contexto. Aproximaciones a las fuentes sociológica y pedagógica

Por: Manuel José Jiménez R.

Según el pedagogo contemporáneo Guy Avanzini, existe actualmente una tensión, entre muchas otras tantas que surgen hoy día en el campo de la educación, que toca el sentido, la presencia y el papel de la educación confesional y la educación religiosa en la escuela; pues tiene que ver con los papeles respectivos que se le tiene que dar a sus finalidades temporales y espirituales. Y ello obedece, además, a un cambio en el modo de pensar la educación. Pues, de hecho, se pasó de una escuela que tenía por objetivo formar al creyente y ayudar a su salvación, a otra que se orienta a la preparación del ciudadano, del profesional del competente o del productor. “El problema, afirma, afecta en particular a la enseñanza católica”. Que, aunque lo ha enfrentado a lo largo de toda la historia, hoy se encuentra más dividida entre la exigencia de autenticidad, que le impide comercializarse sólo en beneficios de ambiciones individuales y le impone la fidelidad a una concepción cristiana del hombre, y la presión de tantas familias para las cuales la prioridad de lo espiritual no es ni imperiosa ni evidente”.

Por otro lado, la Comisión Delors, al hablar también de las actuales tensiones en el mundo de la educación, señala igualmente la tensión entre lo espiritual y lo material. Pero no sólo subraya esta tensión. También afirma abiertamente la importancia de la religión en la actual sociedad planetaria, plural e intercultural, en orden al aprender a vivir juntos. Tres afirmaciones dan prueba de ello. La primera dice: “Se trata de aprender a vivir juntos conociendo mejor a los demás, su historia, sus tradiciones y su espiritualidad, y a partir de ahí, crear un espíritu nuevo que impulse a la realización de proyectos comunes o la solución inteligente y pacífica de los inevitables conflictos”. La segunda: “Si se enseña a los jóvenes a adoptar el punto de vista de otros grupos étnicos o religiosos, se pueden evitar incomprensiones generadoras de odio y de violencia en los adultos. Así pues, la enseñanza de la historia de las religiones o de los usos y costumbres puede servir de útil referencia para futuros comportamientos”. Y la tercera: “Sin embargo, debería incumbir a la escuela explicar a los jóvenes el sustrato histórico, cultural y religioso de las distintas ideologías con que están en contacto en la sociedad circundante o dentro de su establecimiento o de su clase. Ese trabajo de explicación –que se puede efectuar eventualmente con la intervención de participantes exteriores- es delicado, ya que no debe herir las sensibilidades, y puede hacer entrar en la escuela la política y la religión, que por lo general están proscritas”.

De este modo, la Comisión Delors habla de una presencia de la religión en la escuela que va más allá de la tradicional clase confesional, llamando la atención sobre el papel de la religión de cara a la construcción de una sociedad democrática respetuosa de las diferencias. Es decir, y este puede ser su pensamiento aunque no sean sus palabras, una presencia de la religión en la escuela más acorde al contexto de interculturalidad, y es lo que va a inspirar ese modelo educativo centrado la función ética de la religión. El documento Delors, por otra parte, enuncia de modo indirecto, pues esta no es su posición, un problema que enunciaremos cuando toquemos lo referente a la laicidad: el rechazo, en nombre de la laicidad de la escuela pública, de la religión y de la clase de religión, de modo particular. Pues como lo señala, no faltan contextos donde la religión esta proscrita.

Estas tendencias, primera la del rechazo de la clase de religión en nombre de la neutralidad de la escuela pública  y, segunda, la que tiene que ver con una educación religiosa en el contexto de la interculturalidad y respeto por las diferencias, afectan lo que se conoce hoy como educación religiosa escolar. Es más, afecta de modo directo nuestras justificaciones, es decir, razones, que explicarían desde nuestra perspectiva de creyentes el por qué pensamos que lo religioso (y de un modo confesional y hasta pastoral) ha de hacerse presente en la educación formal en sus distintos niveles. Razón por la cual, creemos que hemos de apoyarnos en lo que se llama “justificaciones pedagógicas” que explican el por qué de un área del conocimiento y del saber dedicada al estudio del hecho religioso. Con mayor razón, cuando de lo que se trata, de acuerdo a la tendencia de una educación intercultural, es de favorecer el respeto de las diferencias y el diálogo entre las culturas y las religiones. Y esto vale tanto para la escuela  pública como para la confesional. Pues, de lo que se trata es de asumir que nos encontramos en un contexto nuevo social y culturalmente, diferente al de así llamado “cristiandad”, en donde la presencia de la Iglesia en la educación era dada como algo natural y en donde no se ponía en tela de juicio, como hoy, el hecho de la educación y la universidad confesional. Y de asumir, por otro lado, que los colegios confesionales son también ellos espacios de pluralismo y diversidad, igualmente  en el campo religioso.

Por eso, creemos conveniente, luego de esta necesaria explicación, buscar argumentos de carácter académico y cultural, y no sólo teológicos y pastorales, que expliquen el por qué del área de religión en la escuela. Y creemos encontrarlos en los argumentos pedagógicos que justifican el área de religión, pero superando la visión confesional de la misma, acogiendo de este modo la tendencia de la interculturalidad.

 Pero antes de buscar este tipo de argumentos de carácter pedagógico que justifiquen el área de religión, particularmente en la escuela pública, laica y estatal, se hace necesario, en orden a comprender mejor el actual contexto educativo en el que debe hacer presencia la religión en la escuela, llevar a cabo una aproximación conceptual a dos grandes paradigmas educativos hoy: la laicidad y la interculturalidad. Aproximación que va a servir de presupuesto fundamental para un acercamiento más real al área de religión en la sociedad de hoy, plural, laica y democrática.

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