Por: CIEC
A partir de la Asamblea General de la Oficina Internacional de la Educación Católica (OIEC), celebrada en Marsella en diciembre de 2022, y de la Asamblea General de la Confederación Interamericana de Educación Católica (CIEC), que tuvo lugar en Bogotá en marzo de 2023, ambos organismos han ratificado el deseo de mantener “una colaboración fraterna, sincera y concreta en la construcción conjunta del Pacto Educativo Global”. Así lo han manifestado los Secretarios Generales de ambos organismos, Hervé Lecomte y Óscar Perez Sayago, respectivamente, en una misiva firmada por ambos y dirigida a los miembros y asociados.
La historia de las dos instituciones católica, rica en colaboraciones, y, sobre todo, el momento actual, evidencia el deseo de renovación y de estar dispuestos a “hacer bien” su labor y “trabajar juntos”.
Colaboración y servicio
En este sentido, “la OIEC no es un organismo impositivo que ‘domine’ el mundo, sino que es un organismo socio colaborador que debe estar al tanto de lo que ocurre en el mundo, y que propone números servicios y proyectos para los países”. Asimismo, “la CIEC es una Región de la OIEC (según el Estatuto) que tiene su libertad y sus proyectos, abordados desde la subsidiaridad, el respeto mutuo y la colaboración estrecha en ambas direcciones”.
De ahí el deseo manifiesto de “mostrar al mundo de lo que somos capaces mediante nuestro testimonio de colaboración activa, estrechamente conectados, uniendo a las personas, tejiendo redes para mejor servir”.
“Tenemos grandes cosas qué lograr”
Contar con todas las fuerzas vivas de la Escuela Católica, desde la sabiduría, el amor, la paz y el trabajo en equipo, fraternalmente, es el itinerario que quieren recorrer la OIEC y la CIEC, según se ha expresado en la más reciente reunión on-line. “Tenemos grandes cosas qué lograr; nos hemos reunido numerosas veces desde diciembre de 2022, para conocernos más, para comprendernos, para encontrarnos y estrechar los lazos que nos unen y fortalecen”, se lee en la misiva.
Por eso, “la capacidad de innovación y adaptación de la CIEC y de la OIEC deben estar a la altura de los nuevos desafíos de la educación católica en el mundo y del servicio que esta debe prestar a la Iglesia ya la sociedad”.
La diversidad es, por tanto, un motivo para seguir construyendo “puentes” al servicio de la cultura del encuentro. Ese camino se está transitando entre la OIEC y la CIEC, desde una perspectiva sinodal.
Ser constructores de unidad, creadores de soluciones reales y sostenibles, generadores de procesos de desarrollo, proveedores de inspiración para las nuevas generaciones, dejando “florecer la esperanza”. Esa es la misión de los miembros de la OIEC como de la CIEC.
De ahí la insistencia a forjar el diálogo, el respeto, la fraternidad y la paz en cada una de las iniciativas y proyectos. Y como signo de ello, “los países que son miembros de la CIEC están invitados a ser miembros de la OIEC”, al tiempo que “los países que son miembros de la OIEC están invitados a ser miembros de la CIEC”.
“No es momento de divisiones, de guerras ni separaciones. Así seremos más creíbles mundial y continentalmente y prestaremos un mejor y mayor servicio a la Escuela Católica y a nuestros países”, concluye la misiva.
Fuente: CIEC.
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