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Bogotá, Colombia - América

Una educación promotora del encuentro y de la fraternidad

Una educación promotora del encuentro y de la fraternidad

Oscar A. Pérez Sayago
Secretario General
Confederación Interamericana de Educación Católica

La fraternidad es la categoría cultural que funda y guía paradigmáticamente el pontificado de Francisco. Introducirla en los procesos educativos, como sugiere en su Mensaje, significa reconocerla como un dato antropológico de base. (Instrumentum laboris, El Proyecto. 3. La fraternidad originaria).

La actual cultura del descarte, en profundidad, proviene precisamente del rechazo de la fraternidad como elemento constitutivo de la humanidad: Muchas cosas tienen que reorientar su rumbo, pero ante todo la humanidad necesita cambiar. Hace falta la conciencia de un origen común, de una pertenencia mutua y de un futuro compartido por todos (Laudato si’, n.202). (Instrumentum laboris, El Proyecto. 3. La fraternidad originaria).

[…] educar y educarse en no considerar al prójimo un enemigo o un adversario al que eliminar (Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, 1 de enero de 2014). (Instrumentum laboris, La Visión. 1. Unidad en la diferencia: un nuevo modo de pensar).

Otra característica de la educación es la de ser un movimiento pacificador, portador de paz. Es armonioso – hablaré luego, pero están conectados – un movimiento pacificador, portador de paz… El movimiento educativo, constructor de paz es una fuerza que hay que alimentar contra la egolatría que genera la no paz, las rupturas entre generaciones, entre pueblos, entre culturas, entre poblaciones ricas y pobres, entre masculino y femenino, entre economía y ética, entre humanidad y medio ambiente (cf. Congregación para la Educación Católica, Pacto Educativo Mundial. Instrumentum laboris, 2020). Estas fracturas y contraposiciones, que enferman las relaciones, esconden un miedo a la diversidad y a la diferencia. Por eso, la educación está llamada con su fuerza pacificadora a formar personas capaces de comprender que la diversidad no obstaculiza la unidad, sino que es indispensable para la riqueza de la propia identidad y de la de todos. (Discurso a la Asamblea Plenaria Congregación Educación Católica, 20/02/20).

Toda la humanidad, al recibir la vida, se descubre unida en el vínculo de la fraternidad, que se manifiesta, por lo tanto, como el principio que expresa la realidad estructural del ser humano (cf. Laudato si’, n.220). Podemos elegir a nuestros amigos o a algunos de nuestros compañeros, pero no podemos elegir a nuestros hermanos o hermanas, porque no somos los autores de su existencia. Por lo tanto, cuanto más se realiza la fraternidad no expresa -en primer lugar- un deber moral, sino más bien la identidad objetiva del género humano y de toda la creación. (Instrumentum laboris, El Proyecto. 3. La fraternidad originaria).

Necesitamos un pacto educativo global que nos eduque en la solidaridad universal, en un nuevo humanismo. (Videomensaje en el lanzamiento del Pacto Educativo, 12/09/19).

Hay que abrir el plano de la educación hacia esa cultura del encuentro: que los jóvenes se encuentren entre ellos, sepan sentir, sepan trabajar juntos, sean de la religión que sean, sean de la etnia que sean, de la cultura de la cual vengan, pero juntos por la humanidad. Eso es la cultura del encuentro: es el momento en que la educación enseña a encontrarse a la gente y a llevar adelante obras de siembra. (Mensaje al 24 Congreso Interamericano de Educación Católica, 13-15/01/15)

Los maestros cristianos, que trabajan tanto en escuelas católicas como públicas, están llamados a estimular en los alumnos la apertura al otro como rostro, como persona, como hermano y hermana por conocer y respetar, con su historia, con sus méritos y defectos, riquezas y límites. (Discurso a la Asociación de Colegios Católicos, 05/01/18).

Con este fin, la Iglesia Católica y al-Azhar, a través de la cooperación conjunta, anuncian y prometen llevar este Documento a las Autoridades, a los líderes influyentes, a los hombres de religión de todo el mundo, a las organizaciones regionales e internacionales competentes, a las organizaciones de la sociedad civil, a las instituciones religiosas y a los exponentes del pensamiento; y participar en la difusión de los principios de esta Declaración a todos los niveles regionales e internacionales, instándolos a convertirlos en políticas, decisiones, textos legislativos, planes de estudio y materiales de comunicación. Al-Azhar y la Iglesia Católica piden que este Documento sea objeto de investigación y reflexión en todas las escuelas, universidades e institutos de educación y formación, para que se ayude a crear nuevas generaciones que traigan el bien y la paz, y defiendan en todas partes los derechos de los oprimidos y de los últimos. (Documento sobre la Fraternidad Humana por la Paz Mundial y la Convivencia común, 03-05/02/19).

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