Los llamados centennials o generación Z engloban a los jóvenes nativos digitales en la franja etaria de entre 16 y 24 años. Nacieron y crecieron en un mundo en crisis y con contextos que los rodean inciertos. La tecnología es su mejor aliada y se perciben con gran capacidad de adaptación. Infobae adelanta aquí la última investigación global en 31 países sobre centennials de la consultora Kantar.
Será imposible pedirles a los jóvenes centennials de entre 16 y 24 años que no sean proactivos, libres, ni flexibles. Nunca serán moderados. Nacieron en un mundo plagado de disrupciones socio-históricas permanentes que les cambian los paradigmas establecidos. Es por eso que una de sus mayores habilidades es la capacidad de (sobre) adaptación para enfrentar estos tiempos.
La velocidad es parte del ADN de la generación Z, ellos saben capturar los retazos de una realidad muchas veces inconclusa. Los centennials o gen Z saben vivir a mil y se encargan —cuando pueden— de reparar tanta fragmentación. Infobae tuvo acceso a la última investigación hecha en 31 países sobre el rol de la Generación Z y sus comportamientos realizado por Kantar Global Monitor, una empresa líder mundial de consultoría e insights basados en evidencias.
¿Cuáles son los hitos que marcan a la Generación Z?
La infancia y adolescencia de la Generación Z tuvo lugar entre hechos emblemáticos que se dieron durante las primeras dos décadas del siglo XXI, tanto a nivel nacional como internacional. Esto los marcó en la definición de sus valores y posteriores comportamientos. Se trata de un periodo de crisis financieras globales y locales que obligaron a repensar las decisiones de consumo e impusieron restricciones a sus familias. La Gen Z crece en un mundo volátil, incierto, complejo y ambiguo. Y con la tecnología y su uso exponencial en la vida cotidiana y laboral de las personas como eje aunador de un mundo que se presenta global.
A la vez, son contemporáneos del nacimiento y desarrollo de las redes sociales, lo que los define como los primeros nativos digitales: la vida pasa por sus dispositivos siempre conectados. Por otra parte, enfrentamientos y crisis humanitarias convulsionan al mundo, que se muestra vulnerable frente a “cisnes negros” como la pandemia, que reconvierte e impacta en todo, incluso en la forma de cómo encarar las relaciones con el mundo del trabajo.
Consultada por Infobae la psicóloga y escritora Beatriz Goldberg interpretó el informe Kantar, “esta es una época donde las imágenes son rápidas y todo tiene que ser ya mismo y con el menor esfuerzo. Hay un cambio de paradigma, el esfuerzo desmedido no tiene que ver siempre con los resultados. Y casi como una paradoja, es un tiempo en el que los centennials (jóvenes 18-24) en particular van más rápido y logran cambios. La cultura de los influencers en las redes sociales refleja un poco esta idea, se obtienen resultados ante un hecho o idea en poco tiempo y con interacción inmediata de los otros –aprobaciones o desaprobaciones–. Esto da mucho lugar a la creatividad también”.
“Para interpretar a los centennials creo en las historias personales, qué es lo que vivió cada uno, y cómo son sus valores. Si bien está lo social que por supuesto los determina, los centennials están atravesados por hitos históricos muy fuertes. Pero es más importante ahondar en su propia historia, en por qué cada uno se vuelve a cuestionar según su propia estabilidad”.
En diálogo con Infobae el experto en educación y director del Observatorio de la Convivencia Escolar de la Universidad Católica de Cuyo, Alejandro Castro Santander, advirtió que, “si bien hacer cortes generacionales no es algo exacto, en el mundo occidental existen variaciones geográficas, culturales, cambios tecnológicos, económicos y sociales que interactúan para definir la forma en que cada grupo mira el mundo. Los centennials son mayoritariamente hijas e hijos de la generación millennial. Nacidos a mediados de los ‘90 y hasta la primera década del 2000, ellos han crecido conectados a Internet, por lo que son verdaderos ciudadanos de la era digital y se los caracteriza por las cuatro ‘íes’: internet, irreverencia, inmediatez e incertidumbre”.
Castro Santander agregó a Infobae, “existen posturas encontradas en relación a las capacidades de los centennials; para algunos, se observa una menor destreza para concentrarse en aquello que no permita resultados inmediatos; y dificultades en la expresión oral y escrita. Así es que es frecuente encontrar quienes hablan de ellos como incompetentes o torpes en comparación a otras generaciones. Para otros, los centennials son considerados muy listos por su creatividad y destreza para adaptarse a los cambios y por la rapidez y capacidad para realizar diversas tareas y manejar distintos dispositivos al mismo tiempo (multitasking), algo que no todos coinciden en que sea favorable ya que quita eficiencia a la atención”. Este es un gran desafío para el sistema educativo del siglo XXI.
Por otra parte, los gen Z son una generación de estudiantes del siglo XXI en una escuela del siglo XX. “La escuela de hoy ha cambiado poco y nada, y no logran alcanzar aquellas competencias básicas, mínimas para incorporarse al mundo del trabajo o iniciar estudios superiores”, ratificó Castro Santander.
Cuando se le preguntó a Castro Santander si los centennials serán los modifiquen todo, admitió que “evidentemente el cambio en ellos es notorio, pero que luego se concrete en esa profunda transformación que necesita el planeta o nuestro país, y que ese cambio sea sustentable, no existen garantías para ello dado el marcado déficit en sus aprendizajes, a los que consideran cada vez menos significativos”.
Sebastián Corzo, director de marketing de Kantar división Insights, señaló que una de las más claras características de esta generación: “Hay que destacar que los centennials valoran la posibilidad de expresarse sin restricciones y conectar con grupos donde se sientan identificados” —afirmó —. “Y como se desarrollaron en un entorno lleno de incertidumbres, no se sienten tan cómodos con la planificación sino que están abiertos a recibir nuevos estímulos permanentemente”. Esta gen Z va en contra de los estereotipos establecidos y se abre a la posibilidad de conocer gente nueva y diversa, según el estudio de la consultora internacional.
En coincidencia con lo detectado por el estudio de Kantar, la psicóloga Goldberg remarcó a Infobae que los integrantes de la gen Z “no se sienten tan cómodos con la planificación, les cuesta mucho planificar a mediano y largo plazo, todo es a corto plazo. Les cuesta pensar algo a futuro, ven mucho el presente y los logros inmediatos. No existe la idea de construir con un granito de arena sobre otro, de que vamos a llegar a esta zanahoria ahora y más adelante a otra. Les interesa la zanahoria de ahora y si no la obtengo la abandono, hago zapping. Los Gen Z tienen un zapping emocional, necesitan estímulos permanentes y por eso a veces buscan en las redes y si no lo tienen ahí, se deprimen y abandonan y buscan otra línea”.
Marcas
El estudio de Kantar detectó también el vínculo que esta generación establece en relación con las marcas, ya que esperan un rol activo por parte de ellas en las conversaciones sobre problemas sociales y castigan a las que tienen un impacto negativo.
Por su parte, Sebastián Corzo director de Marketing de Kantar división Insigth dijo que, “a pesar de los contextos de crisis en su etapa de crecimiento, los centennials tienen una actitud proactiva ante la vida y, apalancados por la tecnología, se reconocen como agentes de cambio y protagonistas de sus vidas”. Según Corzo, “lo encaran libres de ataduras y preconceptos, defensores de la flexibilidad y la posibilidad de expresarse y conectar con otros en múltiples plataformas, no se preocupan por encajar en la normalidad. Es más, navegan con comodidad en la ambigüedad, y toman lo híbrido como lo natural”.
“Ante la Gen Z, las marcas tendrán que ser muy transparentes y asumir su rol con responsabilidad, con extrema coherencia entre lo que dicen y lo que hacen. Deberán pensar por fuera de las estructuras de las categorías tradicionales, ofreciendo interacciones simples y ágiles, que agreguen fluidez y un componente lúdico a las experiencias de consumo. Y no deben perder de vista las limitaciones económicas de una generación que ya está acostumbrada a posponer o resignar consumos y buscar la conveniencia”.
Al igual que otras generaciones, los centennials —18/24— priorizan la búsqueda de experiencias, pero disfrutan más de los entornos digitales o virtuales, que es su hábitat natural. Gaming, deportes y contenido online son parte de su entretenimiento cotidiano. Para estos jóvenes “saber y hacer” son más importantes que el dinero.
En este aspecto, Goldberg señaló que entre estos jóvenes “muchos juegan solos o juegan con otro, pero no es tan importante el otro. A veces se reúnen y están haciendo algo por separado”. Incluso, destacó, “ganar un juego y en el deporte son logros muy importantes por las mediciones, son alcances para posicionarse ante los demás. Es un score que los termina definiendo”.
De acuerdo con el estudio de Kantar los integrantes de la gen Z quieren ser “libres” para hacer lo que ellos decidan. “Libertad y status” son sinónimos de éxito en su mundo laboral y en la vida en general. Más allá de la incertidumbre y la volatilidad del mundo que los rodea, se sienten empoderados y están convencidos de que pueden dejar una marca y hacer una diferencia a través de sus acciones.
Sin dudas, en manos de la gen Z está gran parte del presente y el futuro, subrayó Castro Santander. Son “generaciones digitales, emprendedoras e inconformistas, capaces de innovar a la misma velocidad en la que se transforman nuestras sociedades”.
Beatriz Goldberg observó que prefieren “las experiencias por sobre las posesiones materiales. Buscan más el disfrute por el lado del consumo en restaurantes, vacaciones, y el hecho de reunirse”, cuando en generaciones anteriores se pensaba más en el ahorro. “Ahora, como no se puede ahorrar, la gente en general y el adolescente prefiere las experiencias y narrar esas experiencias y digitalizarlas. Los centennials aman —es parte de su visión de mundo— viralizar/compartir las experiencias”.
Educación y acceso a la información
A la hora de evaluar cómo se ha ido adecuando la educación para responder a estos nuevos grupos de estudiantes de la Generación Z y a sus demandas de aprendizaje, Castro Santander consideró a Infobae, “reconocemos que la educación formal en nuestro país ha mostrado un innegable deterioro en las últimas décadas. Ya sea a través de las evaluaciones internacionales, regionales o locales, nuestros estudiantes evidencian no estar aprendiendo aquello que se considera deben saber para los tiempos actuales y para los desafíos que vendrán”.
Además, Castro Santander recordó que “existe una considerable cantidad de fuentes que indican cuáles deben ser las competencias, hábitos y habilidades necesarias para transitar el presente siglo. Difundidos al detalle por organismos internacionales especializados, organizaciones de la sociedad civil comprometidas con la formación, sindicatos o el mundo del trabajo; ya el Informe Delors, con su perspectiva de mediados de la década de los ‘90, proponía cuatro pilares para sostener la educación: el aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a ser y aprender a vivir juntos”.
Por su parte, Goldberg precisó que se trata de una generación con mucho acceso a la tecnología y a la información. “Por supuesto que cada uno elige dónde busca esa información que muchas veces es para que corrobore [su propio pensamiento], pero también se filtran en redes sociales otros conocimientos”. Al comparar con generaciones anteriores, que “buscaban un referente más social, algo más visible o tangible”, los centennials lo buscan en TikTok. Las redes sociales polarizan, el que tiene más like parece valer más y muchos de lo que no reciben like (aprobación) sufren depresión”.
Según los principales organismos internacionales de la educación UNESCO, UNICEF y CEPAL alertan que al ritmo actual, América Latina y el Caribe no alcanzará las metas de educación programadas por la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible y desde la III Reunión Regional de Ministras y Ministros de Educación de América Latina y el Caribe, llaman a una transformación profunda que se haga cargo de los factores estructurales y sistémicos que han colaborado a la perseverante deuda e injusticia educativa, según la Declaración de Buenos Aires de 2022”.
Al respecto Castro Santander explicó a Infobae, “entre los cambios que se avizoran para la próxima década será la desaparición de las clases magistrales. El profesor tendrá como principal misión, guiar al alumno a través de su propio proceso de aprendizaje, el currículo estará personalizado a la medida de las necesidades de cada estudiante y se valorarán las habilidades personales y prácticas más que los contenidos académicos. Internet será la principal fuente del saber y las instituciones educativas se convertirán en redes, favoreciendo el aprendizaje colaborativo”.
Por su parte, Goldberg recordó que esta es una generación que, “está mucho más abierta a los modelos nuevos de familia”, ya que “desafía mucho los estereotipos”. Su participación en los movimientos medioambientales, por el bienestar de todos y que los empodera, puede señalarse también como una contradicción ya que en los gen Z también hay mucha omnipotencia y ganas de sobresalir . Hay que visualizar también el individualismo de esta generación Z”.
De esta forma, “una ‘baja calidad educativa’, contextos sociales que boicotean la posibilidad de desarrollar la potencialidad de estas generaciones, sólo condenan a una generación prometedora, a que aun sintiéndose ‘libres de ataduras’ la realidad las continúe atando a la mediocridad”, subrayó.
En septiembre de 2022, más de 130 estados que participaron en la Cumbre para la Transformación de la Educación de la ONU, se comprometieron a renovar sus sistemas educativos a través de 10 medidas claves:
- Mitigar el impacto de la crisis educativa provocada por la pandemia.
- Mejorar la resiliencia de los sistemas educativos ante crisis y emergencias.
- Abordar las exclusiones educativas.
- Transformar la profesión docente.
- Renovar el currículum educativo.
- Implantar una educación “verde”.
- Reforzar la educación superior, la investigación y la innovación.
- Mejorar el aprendizaje y la transformación digital.
- Aumentar la inversión en la educación.
- Gobernar la educación como un bien público.
“Necesitamos comprometernos con esos cambios que nos exigen estas nuevas generaciones interactivas, quienes priorizan el saber y el hacer en ‘libertad’, y que, frente al análisis objetivo de la realidad de nuestro viejo y poco adecuado sistema educativo, sólo les estamos ofreciendo un panorama de incertidumbres y frustraciones”, consideró a Infobae Castro Santander.
Escrito oor: Daniela Blanco
Tomado de: Infobae
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