Tomo ocasión de la invitación a este foro para conferir con Ustedes el estado actual de desarrollo a que han llegado los múltiples estudios, debates, talleres, seminarios, congresos y publicaciones que, en esta primera década del siglo, se han propuesto como objeto de estudio el asunto de la Educación Religiosa Escolar. Tengo la impresión de que los avances que ahora presento han sido sustantivos y de que, si no todos los problemas han sido resueltos, pisamos ahora suelo firme y horizontes más despejados que sombríos.
Mi intención es invitarlos a llegar “a donde otros han llegado o más adelante”, al decir de San Ignacio, sin nostalgias del pasado, sin atrincheramientos emocionales, sin repliegues cognitivos, que no harían honor a nuestra condición de hombres y mujeres de ciencia y de maestros y maestras de las generaciones x, y, z.
Desde mi propio marco interpretativo voy a referirme a las ocho líneas en que, juzgo, se han logrado los mejores avances. Leo objetivamente resultados, no sin que Ustedes puedan identificar mis personales aportes y visiones.
Escrito por: Alberto Parra