Estimados educadores de América. Un saludo muy cordial de la Confederación Interamericana de Educación Católica – CIEC. Hace poco el continente americano vibró por la presencia del Papa en la Jornada Mundial de la Juventud en Panamá. Precisamente tuvo como lema la respuesta de la Virgen María a la llamada de Dios: “He aquí la sierva del Señor; hágase en mí según tu palabra” (Lc 1,38). Sus palabras son un “sí” valiente y generoso.
El sí de quien ha comprendido el secreto de la vocación: salir de uno mismo y ponerse al servicio de los demás. Nuestra vida solo encuentra significado en el servicio a Dios y a los demás.
Hay muchos jóvenes, creyentes o no, que al final de una etapa de estudios muestran su deseo de ayudar a otros, de hacer algo por los que sufren. Esta es la fuerza de los jóvenes, la fuerza de todos ustedes, la que puede cambiar el mundo; esta es la revolución que puede desbaratar los grandes poderes de este mundo; la revolución del servicio decía el papa Francisco.
Ponerse al servicio de los demás no significa solamente estar listo para la acción, sino que también hay que ponerse en diálogo con Dios en actitud de escucha, como lo hizo María. De ese trato con Dios en el silencio del corazón, se descubre la propia identidad y la vocación a la que el Señor llama; esta puede expresarse en diferentes formas: en el matrimonio, en la vida consagrada, en el sacerdocio… Todas ellas son modos para seguir a Jesús. Lo importante es descubrir lo que el Señor espera de nosotros y ser valientes para decir “sí”.