Los Objetivos de Desarrollo Sostenible proporcionan un marco para enfrentar los problemas globales, de los que podemos mencionar algunos: pobreza, hambre, educación para todos, destrucción del medio ambiente e injusticia social. El Papa Francisco pide que sepamos leer entre las líneas de esos objetivos y soluciones sostenibles; solo haciéndolo no fallaremos a la humanidad.
LOS OBJETIVOS DE DESARROLLO SOSTENIBLE
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) adoptó oficialmente los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en la Cumbre para el Desarrollo Sostenible que tuvo lugar del 25 al 27 de septiembre de 2015 en Nueva York, Estados Unidos.
Conocido oficialmente el documento que los especifica como Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, son un conjunto de 17 objetivos globales con 169 acciones específicas. Se trata de un nuevo conjunto universal de objetivos, metas e indicadores para el desarrollo que deberían guiar a los estados miembros de la ONU a la hora de abordar los problemas globales. Se trata de un marco “mejorado” de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) de 2001.
La plataforma de los Objetivos de Desarrollo del Milenio se centró en prioridades de desarrollo social con el objetivo de ayudar a los países pobres; Los Objetivos de Desarrollo Sostenible, por su parte, quieren crear una plataforma con objetivos “alcanzables” para el cambio en todos los países: acabar con la pobreza, proteger el planeta y garantizar la prosperidad para todos.
Estos son los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible:
EL “ESPÍRITU SOCIAL” DEL PAPA FRANCISCO
Sí, la Iglesia abre sus ventanas a las realidades globales (signo de los tiempos); para ello, durante la Historia, ha apostado proféticamente por las “encíclicas sociales”, documentos magisteriales que guían los mejores enfoques para confrontar las realidades sociales a través de los ojos de la fe, de la acción y de la convicción. Pero, por ciertas dinámicas, no ha podido siempre posicionarse completamente como institución. Sí hay personas, organizaciones y personalidades de la iglesia que consideran mucho más seriamente esta “llamada social del espíritu”.
Tras la elección del Papa Francisco, se han re-enmarcado esas “dinámicas distantes” de la Curia romana en particular y de la Iglesia Católica en general. El Papa produjo ondas de “nueva reforma” en el espíritu, la actitud y la acción entre los creyentes.
El Papa Francisco hizo de todo esto algo personal, desde abrir las puertas del Vaticano para las personas sin hogar de Roma hasta la creación del Dicasterio para la promoción del desarrollo humano integral, todo con el objetivo de lograr una respuesta integral de la Iglesia en temas relacionados con “sobre la justicia y la paz, el progreso de los pueblos, la promoción y la tutela de la dignidad y de los derechos humanos, especialmente, por ejemplo, aquellos relacionados con el trabajo, incluido el de menores, el fenómeno de las migraciones y la explotación de los emigrantes, el comercio de vidas humanas, la constricción a la esclavitud, la encarcelación, la tortura y la pena de muerte, el desarme o la cuestión del armamento además de los conflictos armados y sus consecuencias sobre la población civil y el ambiente natural”.
El Papa Francisco habla de la acción ecológica y del amor por los migrantes, denuncia el exclusivismo en la Iglesia, los males de la economía, las ideologías del beneficio económico por encima de las personas, el hambre, todo ello arraigado en la codicia de la humanidad y las instituciones.
En un artículo en la revista TIME, Elizabeth Dias lo resumió así:
LA PROPUESTA CRÍTICA DEL PAPA FRANCISCO
Laudato Si’: Sobre el cuidado de la casa común, es una encíclica social del Papa Francisco lanzada oficialmente el 18 de junio de 2015 y que proporciona no solo la hoja de ruta ambiental de la Iglesia, sino en general muchas líneas de acción desde una ecología integral, es decir, ecología no solo ambiental sino también política, social, cultural. Desde esta encíclica, vincula la destrucción del medio ambiente (el grito de la tierra) con la destrucción de las vidas de los pobres (el grito de los pobres).
En un discurso que pronunció ante la Asamblea General de la ONU en Nueva York el 25 de septiembre de 2015, el Papa dijo audazmente:
Desde el comienzo, el Papa Francisco fue consciente de las muchas lagunas en la implementación de los “objetivos de desarrollo”, por lo que habla constante e insistentemente de la respuesta auténtica e integral a los problemas de la humanidad; y así, alienta a las instituciones, países y líderes a rendir “siempre un servicio eficaz a la humanidad, un servicio respetuoso de la diversidad y que sepa potenciar, para el bien común, lo mejor de cada pueblo y de cada ciudadano”.
PROPUESTA 1: EL PRINCIPIO DE CALIDAD DE VIDA
Esta encíclica social habla desde una posición crítica sobre el desarrollo. El Papa Francisco propone un concepto más amplio de calidad de vida:
Una ética de la vida verdaderamente coherente fundamenta su llamada al cuidado de la humanidad y del planeta poniendo en práctica lo que continuamente pedía san Juan Pablo II sobre la defensa de la dignidad humana, la protección de la vida y el cuidado de la Creación.
Junto a los Objetivos de Desarrollo Sostenible se nos proporcionan metas concretas que permitirían alcanzarlos; y, sin embargo, todavía estamos enganchados al concepto de desarrollo económico, una vía mucho más conveniente para los países ricos, las multinacionales y los magnates de la economía mundial.
Los intereses económicos de estos países y empresas prosperan en muchas naciones en el ámbito de la “búsqueda del desarrollo”; y, sin embargo, no tienen en cuenta la prestación de servicios sociales, como la educación y la salud, o la protección del medio ambiente. Se quedan, sin más, en la economía como factor único de desarrollo.
PROPUESTA 2: EL PRINCIPIO DE ECOLOGÍA INTEGRAL
La ecología integral es una preocupación general y común para toda la Creación. Engloba la calidad de vida en todos los elementos de la ecología: ambiental, económico, social, cultural, de comportamiento y estructural. Al respecto, el Papa Francisco examinó creativamente las zonas oscuras de nuestros modelos de desarrollo, incluso los que se autocalifican como sostenibles. A cambio, propuso un crecimiento que busca “soluciones integrales que consideren las interacciones de los sistemas naturales entre sí y con los sistemas sociales” (Laudato Si’ 139).
El Papa subraya esta ecología humana centrándose en “la necesaria relación de la vida del ser humano con la ley moral escrita en su propia naturaleza, necesaria para poder crear un ambiente más digno” (Laudato Si’ 155).
Ante un análisis de las realidades destructivas, se observa que aún existen en cualquier parte del mundo; incluso muchas veces se ven producidas por el mismo “desarrollo”. El Papa Francisco exige una reflexión que permita una acción decisiva y la rendición de cuentas:
Antes de la adopción oficial por parte de la ONU de los 17 ODS, el Papa Francisco ya había exigido la necesidad de un acuerdo global:
PROPUESTA 3: EL PRINCIPIO DEL DESARROLLO HUMANO INTEGRAL
Según Francisco, para lograr la implementación de la Agenda 2030, se necesita una mejor y más profunda comprensión del significado de un “desarrollo humano integral“, más cercano a la realidad de lo que ya está sucediendo en las periferias: permitir que hombres y mujeres sean agentes dignos de su propio destino. En resumen, así sería un desarrollo humano integral para el Papa Francisco:
- Desarrollo centrado en la persona, en la familia, en comunión con los demás y entre las comunidades humanas (amigos, comunidades, pueblos y ciudades, escuelas, empresas y sindicatos, provincias, naciones, etc.)
- Derecho a la educación, con igualdad para los niños y las niñas.
- Apoyo y protección del desarrollo humano integral por parte de los Gobiernos. La familia debe ser la unidad básica de desarrollo social, atendiendo sus necesidades prácticas (vivienda, trabajo y tierra) y espirituales (libertad espiritual, derecho a la educación y derechos civiles).
- El más simple y mejor indicador de este desarrollo será un acceso efectivo, práctico e inmediato, por parte de todos, a bienes materiales y espirituales esenciales: vivienda, empleo digno y debidamente remunerado, alimentación adecuada y agua potable, libertad religiosa, libertad espiritual y libertad de educación.
- El desarrollo humano integral está comúnmente anclado en el derecho a la vida, o simplemente el derecho a la existencia de la naturaleza humana.
PROPUESTA 4: PRINCIPIO DE SOLIDARIDAD
El mensaje central del Papa Francisco siempre es “ir a las periferias”. Puede sonar como una petición de tipo pastoral para que los líderes católicos salgan de su distancia “institucional”; pero también se puede aplicar a los líderes del gobierno, instándolos a sentir el sufrimiento presente en las periferias de la sociedad, donde el hambre, la pobreza y la degradación moral contribuyen a ensombrecer la realidad del mundo.
La realidad de este sufrimiento en el mundo llevó al Papa Francisco a poner todos sus esfuerzos en pedir la “solidaridad” desde una triple comprensión: humana, natural y socioeconómica. Él llama a una “solidaridad nueva y universal”, donde personas, instituciones, organizaciones e incluso países deben trabajar juntos para detener la destrucción de la humanidad y el medio ambiente.
En medio de tanta desesperanza, el Papa Francisco ofrece una solución alternativa basada en la preocupación auténtica y la acción real desde el principio de solidaridad:
CONCLUSIÓN: ALGUNAS CUESTIONES MÁS ALLÁ DE LOS OBJETIVOS DE DESARROLLO SOSTENIBLE.
Desde la enunciación de estos objetivos hasta la más pura realidad: ¿Estamos logrando los objetivos que están a nuestro alcance o ni siquiera llegamos a ellos? ¿Son los procesos para alcanzar los objetivos lo suficientemente fuertes como para abordar los problemas más graves y los problemas de la pobreza?
Desde estos objetivos, ¿estamos corrigiendo los estándares de implementación que ya se han visto fallidos y avanzamos hacia un desarrollo impulsado por y para las personas?
Los Objetivos de Desarrollo del Milenio no consiguieron llegar hasta los países pobres, dado que la financiación fluía mediante mecanismos gubernamentales. ¿Hemos aprendido algo de estos enfoques fallidos? ¿Sabremos hacer una transición a metodologías integrales que lleven a programas dirigidos por la propia comunidad, con la participación de la sociedad civil, de las Organizaciones No Gubernamentales, de los agentes sociales de cambio, etc.?
Al poner en marcha los objetivos de desarrollo del Milenio se perdieron recursos por valor de miles de millones que no lograron efectividad ante la disparidad de culturas y fronteras; aún tenemos guerras, pobreza creciente, regímenes despóticos, cambios ambientales inducidos por el afán económico, mercados elitistas. ¿Pueden los Objetivos de Desarrollo del Milenio corregir el error y no olvidarla injusticia social y la degradación ambiental?
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible pretenden ser “soluciones efectivas”. ¿También para las periferias? ¿Sus recursos, seguirán en manos de los países ricos y los financiadores capitalistas?