Por: Éxito Educativo.
Si la semana pasada entrevistábamos a Franklin García Fermín, ministro de Educación Superior, Ciencia y Tecnología de la República Dominicana, esta semana seguimos en el país caribeño para entrevistar a una de las personas más importantes de su ámbito educativo, la Hermana Ana Julia Suriel. Esta salesiana tiene una impresionante trayectoria en el ámbito educativo, pues además de presidir la Unión Nacional de Escuelas y Colegios Católicos de la República Dominicana (UNECC) es miembro del Consejo de Confederación Interamericana de Educación Católica, CIEC y miembro de la Oficina Interamericana de Enseñanza Católica, OIEC. Además, es vicerrectora Ejecutiva del Instituto Superior de Formación Docente Salomé Ureña, ISFODOSU, recinto Emilio Prud´Homme, miembro del Consejo Nacional de Educación de la República Dominicana y representante de los Institutos de Estudios Superiores de las FMA para las regiones México y República Dominicana. Actualmente coordina el área de Psicología del Instituto Superior de Formación Docente Salomé Ureña y es miembro del Comité de Estudios de Posgrado. Forma parte del Comité Científico de la Revista de Investigación y Evaluación Educativa del Instituto Dominicano de Investigación de la Calidad Educativa, IDEICE.
A su amplia trayectoria profesional se le une una sólida formación pues cuenta con un doctorado en Educación, con énfasis en Liderazgo y Gerencia Educativa por la NOVA SOUTHEASTERN UNIVERSITY, de Fort Lauderdale, Florida. En el año 2021 obtuvo el grado de Máster en Neuropsicología y Educación por la Universidad Internacional de la Rioja, España y en el 2012 consiguió el grado de Magister en Pastoral Juvenil por la Universidad Politécnica Salesiana del Ecuador. Se graduó de Psicología Escolar en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña, en el año 1997. Con ella hablamos de la actualidad educativa de la escuela católica en República Dominicana, en el Caribe, y los retos a los que se enfrentan en el presente y futuro inmediato.
¿Cómo ve la situación de la educación católica en su país?
La República Dominicana, pues como todos ustedes saben, es un país eminentemente católico, un país con una tradición y una cultura religiosa muy fuerte que está presente incluso en los símbolos como nuestra bandera en la que aparecen la cruz y la biblia. Esto hace que la religión esté muy presente en la vida de las personas, y, por tanto, también en la educación.
¿Cómo valora la sociedad a la educación católica en general?
La educación católica es la preferida por una gran mayoría, pues está muy bien valorada pues las escuelas católicas tienen un sello de educación en valores pero también de calidad académica. En nuestra país, la Unión Nacional de Escuelas Católicas, es una organización que agrupa a las escuelas católicas de todo el país, unas 400 escuelas y colegios católicos de los cuales una gran parte son privadas, y cuyos propietarios son las congregaciones religiosas, pero hay otra parte del episcopado dominicano a través de escuelas parroquiales. Otra parte de nuestras escuelas, un 65%, están en cogestión entre Iglesia y Estado.
Otra característica de nuestras escuelas es que también están muy marcadas por la formación para el trabajo. Son los politécnicos, de estos unos 100 están dirigidos por instituciones católicas que también forman en habilidades duras y blandas.
¿Cómo trabajan desde la CIEC y la Unión Nacional de Escuelas Católicas en red con otros países?
La Unión Nacional de Escuelas Católicas es parte de la Confederación Interamericana de Educación Católica CIEC y también de la OIT, de la Oficina Internacional de Enseñanza Católica. De hecho, para nosotros es muy importante el trabajo en red. La vinculación en este momento también. Estamos trabajando como país para vincularnos en la red de redes educativas de América Latina y el Caribe. Para nosotros, también es muy importante esta visión global pues el Papa Francisco nos ha invitado a unirnos como fuerzas educativas en busca de la calidad y solidaridad. Para nosotros, en República Dominicana, a veces es difícil al estar en una isla y tendemos mucho hacer las cosas solos, pero debemos trabajar más en red, incluso con otras confesiones religiosas. En estos momentos estamos conformando la Red de Educación Católica del Caribe. Un proyecto que tiene sus dificultades pues cada isla tiene su sistema educativo, incluso idiomas diferentes, pero entendemos que para poder cumplir y para poder responder a ese llamado del Papa Francisco a unir los mejores esfuerzos por la educación de nuestras futuras generaciones, necesitamos trabajar en red.
República Dominicana no solamente tiene la catedral primada, sino que también tiene la Universidad Primada de América, la Autónoma de Santo Domingo. Eso también le da, digamos, una autoridad y un peso histórico también educativo en toda América. ¿Cómo trabajan con las universidades?
Las Escuelas Católicas en el país se constituyen como las mejores plataformas para formar ese estudiante que luego va a ingresar a la Universidad, a la institución superior y esto nos hace que estamos dirigiendo los esfuerzos a crear vínculos con las universidades. Estamos firmando acuerdos de colaboración, tanto con las católicas como las no confesionales, para que nuestros egresados de las escuelas católicas tengan ese pase directo a las instituciones de educación superior, de una manera que, puedan llegar a la Universidad. Porque nosotros trabajamos con niños y adolescentes de las clases populares, no somos colegios de élite en la mayoría aunque podamos tener colegios de clase media alta, pero son una mínima proporción.
¿Qué opinión le merece la política de becas que lleva a cabo el Ministerio de Educación superior Ciencia y Tecnología de su país?
Las universidades ofrecen aquí ese programa de becas para para los estudiantes de alto desempeño y muchos de esos estudiantes vienen de las Escuelas Católicas por las habilidades y competencias que van adquiriendo. Sobre todo hay una gran apertura hacia la formación docente del Ministerio de Educación y el Estado dominicano, por la misma necesidad del contexto, pues requiere la formación de muchos docentes para las futuras generaciones. Hay una gran cantidad de docentes que se están jubilando, que van a pasar al retiro, y en ese campo de la formación docente los jóvenes tienen muchas oportunidades de estudiar becados. También en otros campos que tienen mucho que ver con las nuevas tecnologías. En este sentido, hemos creado la Escuela Preuniversitaria como institución que también trabaja en red con las universidades católicas de manera formal para que nuestros egresados puedan acceder de una manera más fácil a sus programas.
¿Qué iniciativas llevan a cabo desde la Unión Nacional de Escuelas Católicas de República Dominicana para la formación de directivos?
Para nosotros la formación tanto de directivos como de docentes es una de nuestras dimensiones estratégicas. Durante todo el año estamos muy preocupados en ofrecer a nuestros directivos y docentes el formación para que, sobre todo, estén siempre orientados a la misión y la visión de la escuela católica, la identidad de la escuela católica para nosotros es un punto focal de formación de nuestros directivos y docentes, más para mantenerla, sobre todo, en esa filosofía institucional. Después, en en otro ámbito, nosotros estamos muy dirigidos en este momento a formar a nuestros docentes y directivos en los nuevos futuros de la educación. De hecho en el 27 Congreso de Educación Católica el tema central eran los futuros de la educación, por eso estamos muy enfocados en trabajar temas relacionados con los futuros de la educación, mirando que el futuro ya es una realidad. También trabajamos para preparar a los directivos para tener herramientas para dialogar con esas nuevas generaciones de niños y adolescentes, con sus necesidades, sus demandas, pues la pandemia ha tocado fuertemente a todos.
También trabajamos para prevenir la violencia pues nosotros tenemos como país un problema muy sistémico, una violencia muy enfocada hacia la niña, hacia la mujer, la violencia social, no tanto la delincuencia, más bien, hacia formar las habilidades socio-emocionales. Para nosotros, el foco está en el trabajo con la educación para la paz, para la comunicación, para la negociación. En ese sentido, como escuela católica estamos participando en varios proyectos, y aportando también a nivel del país en lo que es la revisión de las normas de convivencia del sistema educativo dominicano formando parte de una Comisión, de modo que podamos hacer un aporte que mejore la convivencia en las escuelas dominicanas. También participamos en un proyecto con la Universidad de Texas y la Embajada de Estados Unidos en la República Dominicana de prevención de la violencia.
¿Hay tanta violencia en las escuelas?
No es porque tengamos mucha violencia en las escuelas, sino que a la escuela llega la violencia que hay socialmente, tanto en las familias como en los entornos, en los contextos donde viven los niños. También es importante reconocer que nuestro entorno caribeño ya que tenemos algunos modelos de países que están fuertemente tocados por la violencia. Por tanto, estamos muy focalizados en trabajar en el tema de la violencia, de la educación en valores, de las habilidades blandas, sobre todo las ligadas a las relaciones interpersonales, a la comunicación, a la negociación. Todo esto es nuestro foco de trabajo.
República Dominicana se está convirtiendo en un foco de inversión de instituciones educativas de educación superior de España y de otros países ¿Cómo ven este proceso desde la escuela católica?
Hay un cambio de paradigmas en todas las órdenes, también en el campo de la educación vemos como cada vez más, pues están las franquicias escolares, verdad, hay instituciones o empresas que tienen grupos de colegios y que están también adquiriendo otros centros y están imprimiendo su misión y su visión. La incursión de instituciones de educación superior de otros países que se instalan aquí en nuestro país la vemos como una oportunidad. La Escuela católica está abierta a estas formas de compartir pues también vemos una sociedad globalizada. La educación se globaliza, el conocimiento se globaliza, las habilidades, las necesidades… También es importante que nuestros niños y jóvenes son hijos de un mundo global. Ellos se forman aquí, en la República Dominicana, pero luego pueden emigrar a otros países, tienen familias de otros países, forman pareja con personas de otros países, por tanto nosotros debemos formarlos en esa interculturalidad y en la interreligiosidad. Para nosotros esto es muy clave en la educación católica y aunque nuestras escuelas tengan la orientación católica, son escuelas muy abiertas, muy inclusivas, capaces de formar a un estudiante que sea capaz de dialogar con el entorno, con lo diferente de aceptar también lo diferente y el compartir de propuestas, sobre todo de educación superior a nivel de Iberoamérica. Yo la veo muy bien y creo que será un aporte a nuestro sistema de educación superior para mejores oportunidades para nuestros niños y jóvenes.
Y para finalizar, la pregunta con la que cerramos estas entrevistas, ¿cómo cree que debería ser el mejor centro educativo del mundo?
Yo lo veo como una escuela donde los niños y los jóvenes, los educadores y los directivos entren felices, que no se sientan obligados ni tristes, que anhelen ir a su centro educativo porque se les acoge desde la humanidad, porque son personas y se les trata como personas. Porque aunque la escuela sea muy moderna, se maneje la Inteligencia Artificial, sea muy tecnológica y tenga los mejores entornos en el aula, se le dé prioridad al ser humano, al niño, al joven. Que esté muy bien académicamente, pero que lo forma también para convivir, para comunicarse, para relacionarse de manera empática y compasiva con los otros, esa escuela donde el estudiante siente que es una prolongación de su familia, porque se siente en familia. Esa es la escuela ideal.
Publicado en Éxito Educativo.
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