por EDUCACIÓN 3.0
La presión académica, el uso de las redes sociales, las dinámicas familiares negativas o el fácil acceso al alcohol o las drogas son algunas de las causas de estos problemas.
La salud mental se ha convertido durante los últimos años en una de las mayores preocupaciones en la sociedad. De hecho, según un reciente informe elaborado por la Confederación Salud Mental y Fundación Mutua Madrileña, casi el 75% de las personas (74,7%) considera que la salud mental ha empeorado en España y 4 de cada 10 valora su salud mental como regular, mala o muy mala. Este tipo de problemas no sólo afectan a la población adulta, sino que también tienen una gran repercusión en los menores, influyendo negativamente en su desarrollo y en su comportamiento en el futuro.
En este sentido, el último informe acerca de la salud mental infantil de la Organización Mundial de la Salud (OMS), explica que más del 14% de los menores de entre 10 y 19 años padecen un trastorno mental diagnosticado. Unido a esto, un estudio publicado por Unicef señala que casi 80 millones de menores de 10 a 14 años tienen alteraciones mentales en el mundo. De ellos, el 56% corresponde a chicos, mientras que el 44% restante afecta a las chicas. Por otra parte, el mismo estudio afirma que casi 6 de cada diez (56%) de los problemas de salud mental que se sufren en la infancia corresponden a trastornos de ansiedad o depresión.
Consejos para acompañar a los menores que padecen ansiedad y depresión
Alicia Hita, de Deusto Salud, explica que las principales causas de este tipo de problemas en los niños son la presión académica, el aumento del uso de la tecnología y las redes sociales -que puede derivar en problemas de autoimagen-, las dinámicas familiares negativas, los factores genéticos e, incluso, el fácil acceso a sustancias como el alcohol o las drogas.
“Desde el periodo de pandemia el número de niños y adolescentes afectados por problemas de salud mental ha experimentado un aumento significativo”, afirma. “Este hecho puede provocar un gran impacto en el desarrollo de los más pequeños, por lo que es fundamental que las personas adultas conozcan los métodos para ayudarles a superar estos problemas”, indica la experta, que recomienda un ‘enfoque sensible’ por parte de familias o tutores.
En este sentido, los profesionales de Deusto Salud han elaborado una serie de consejos para que las familias puedan acompañar a los menores que sufren este tipo de problemas:
- Fomentar la comunicación abierta y la empatía. Para poder comprender los problemas que sufre un menor, es fundamental que las familias establezcan un espacio seguro en el que los pequeños se sientan libres de expresar sus pensamientos y emociones. De este modo, se sentirán comprendidos y podrán comunicar sus problemas, facilitando así encontrar una solución.
- Validar las emociones y evitar el estigma. Eliminar el estigma relacionado con los problemas de salud mental promueve una conversación abierta con los niños que sufren estos problemas. Además, aceptar y validar sus emociones les ayudará a sentirse acompañados y a confiar en los demás para que les apoyen en su lucha.
- Establecer rutinas diarias. Estructurar las actividades del día a día puede crear una sensación de estabilidad muy reconfortante para los menores que sufren problemas de depresión, un hecho que permitirá incrementar su motivación y su energía.
- Participar juntos en actividades. Compartir momentos de ocio con ellos es una gran estrategia para reforzar la conexión. En este sentido, es muy importante no presionarles para que participen en estas actividades, sino invitarles y crear oportunidades de compartir tiempo que resulten atractivas para ellos.
- Educarse sobre los problemas de salud mental. La mejor forma de comprender un problema es conocerlo. Por eso resulta fundamental que las familias se informen sobre trastornos como la depresión, sus síntomas y consecuencias. De este modo, podrán apoyar a sus hijos de la manera más efectiva.