Por: Ghada Aboud – Universidad de Padres.
Hoy en día, conocer las habilidades que tienen nuestros hijos e hijas, así como sus limitaciones, nos permitirá como padres y madres entenderlos mejor y aportarles aquello que necesitan para contribuir en su desarrollo integral.
Por ello, desde la Up!family vamos a abordar la teoría de las Inteligencias Múltiples como una herramienta útil para las familias a la hora de ayudar y conocer a sus hijos e hijas y cómo estimularlas.
En 1983, el psicólogo estadounidense Howard Gardner, propuso una teoría que revolucionó la educación a nivel mundial: la teoría de las inteligencias múltiples. Gardner, pudo darse cuenta tras su investigación, que la clave está en la existencia por parte de cada persona de contar con algunas habilidades para hacer algo y, al mismo tiempo, carecer de otras para hacer cosas distintas.
“Algunos niños son muy buenos para aprender idiomas, pero no son muy buenos en matemáticas. Otros son geniales en ciencia, pero no pueden analizar poesía…” (Howard Gardner).
Para Gardner, la inteligencia es una expresión plural. De ahí el nombre de su propuesta: las inteligencias múltiples. Es decir, la diversidad de las capacidades humanas.
El descubrimiento de las inteligencias múltiples fue posible gracias al desarrollo de Howard Gardner en dos campos esenciales a tener en cuenta: los procesos de aprendizaje y el funcionamiento del cerebro humano.
Como padres y madres debemos saber y comprender que cada hijo es diferente del otro, o que nuestro hijo es diferente al del vecino y que debemos alejarnos de un modelo educativo basado en la comparación. Está comprobado que cada niño y niña son diferentes y que poseen varias habilidades en las que destacan, y otras en las que están más limitados. Esta teoría demuestra, que cada ser humano es único y que nos todos los niños y las niñas aprenden de la misma manera.
Esta investigación que pudo llevar a cabo, dio como resultado su Teoría de las inteligencias múltiples. Las inteligencias múltiples, propuestas por Howard Gardner, son el reconocimiento de la diversidad de habilidades y capacidades de cada ser humano.
Cuando abordamos esta teoría desde las primeras edades de nuestros hijos e hijas, tenemos que plantearles actividades que respeten en todo momento las capacidades de cada niño y niña.
Es importante tener siempre presente que la educación cada niño evoluciona con sus propias necesidades, por lo tanto no se les puede enseñar de la misma manera.
Esta teoría postula que estas inteligencias son un conjunto de habilidades, talentos, capacidades mentales y formas de percibir y hacer, que son necesarias para aprender, conocer el mundo o resolver problemas.
Trabajar las inteligencias múltiples desde el hogar nos aportará en la familia un enfoque de estas inteligencias, conociendo a cada uno de nuestros hijos de una manera más profunda y revelando, a su vez, que poseen una mente mucho más poderosa de lo que a veces creemos o incluso que ellos mismos creen y no conocen. Que pueden ser capaces de pensar y aprender con muchos más recursos que palabras y números, y que su mente es plástica. Si como familia les enseñamos a desarrollarse por medio de estas inteligencias, aprenderán a utilizarlas adecuadamente, ampliando sus posibilidades.
Es importante abordar este tema con nuestros hijos e hijas, reconociendo por ello diferentes potenciales que puede presentar cada uno y formas de aprendizaje, es por ello la importancia de reconocerlas desde lo individual y en la mirada a nuestros hijos e hijas, para encontrar la adecuada forma de potenciar estas habilidades que nos hacen especiales a cada uno.
Las inteligencias múltiples según Howard Gardner
De acuerdo con Howard Gardner, las inteligencias predominantes son ocho, aunque veréis a continuación, como nosotros, desde la Up!family añadiremos una novena que es la inteligencia emocional a la cual dotamos de una gran relevancia y que Gardner y posteriormente su discípulo Goleman, incluyeron dentro del desarrollo de las Inteligencias múltiples.
Cada una de ellas se caracteriza por habilidades y capacidades específicas y que como padres y madres os vamos a explicar para poder conocer a cada uno de vuestros hijos e hijas, sabiendo ofrecerles aquello que necesiten para reforzar y seguir trabajando de manera positiva en aquello que destacan:
- Inteligencia lingüística. Es la capacidad para usar el lenguaje en todas sus expresiones y manifestaciones. Son capaces de emplear de manera eficaz las palabras, manipulando las estructuras o la sintaxis del lenguaje, la fonética, la semántica así como toda su dimensión práctica (debate, instrucción, narración, prosa, poesía) Nos permite entender y usar el lenguaje verbal y escrito de forma efectiva, así como aprender distintas lenguas.
- Inteligencia lógico-matemática. Es la capacidad de resolver cálculos matemáticos y poner en práctica un razonamiento lógico. Se manifiesta en la habilidad para manejar números, relaciones y patrones lógicos de manera eficaz, así como otras funciones y abstracciones asociadas con las ciencias. Incluye generalizaciones, clasificaciones, inferencias, hipótesis, otros.
- Inteligencia visual-espacial. Es la capacidad para percibir, crear y recrear el entorno visual y espacial para transformarlo así como tener la habilidad de representar gráficamente las ideas. Es la que utilizamos en la interpretación de imágenes, dimensiones, colores, formas, líneas, así como para orientarnos.
- Inteligencia musical. Es la capacidad de percibir, apreciar, componer, distinguir, transformar y expresarse por medio de la música.
- Inteligencia corporal cinestésica. Es la capacidad para expresar ideas y sentimientos con su propio cuerpo y sus particularidades como la manipulación, la coordinación, destreza, fuerza, flexibilidad…permite un uso avanzado del cuerpo como una forma de expresión de ideas y sentimientos en diversos contextos. Incluye coordinación, balance, área táctil, uso de las manos para realizar transformaciones, etc.
- Inteligencia intrapersonal. Es la capacidad para desarrollar un conocimiento profundo de uno mismo: estar en contacto con la vida emocional propia, discriminar entre las distintas emociones y recurrir a ellas para reconocer y orientar la propia conducta, disponer de una imagen de sí mismo ajustada así como una gama de valores positivos para su contexto social. Es la que nos permite la comprensión de uno mismo, qué queremos alcanzar, las propias virtudes, los puntos débiles.
- Inteligencia interpersonal. Es la capacidad para relacionarse con los demás, tomando como la empatía y la interacción social. Poseen además la habilidad para distinguir y percibir los estados emocionales y signos interpersonales de los demás, respondiendo de manera efectiva a dichas acciones. Nos sirve para entender a otras personas, sus motivaciones, ayudar, resolución de conflictos, negociación. Percibir las emociones de otros y lo que proyecta con sus gestos.
- Inteligencia naturalista. Es la capacidad de observar y estudiar los elementos que componen la naturaleza (objetos, animales y plantas). Disponen además de la habilidad de tener un amplio conocimiento e interacción con la naturaleza, categorizando y clasificando numerosas especies de la flora y la fauna además de interesarse por la geografía así como lo fenómenos o elementos naturales.
- Inteligencia emocional: Según Gardner, y posteriormente Goleman, las principales características de la inteligencia emocionalen las personas son saber reconocer emociones propias y ajenas, adaptar las propias emociones al entorno y usarlas para guiar las capacidades cognitivas con el fin de lograr objetivos determinados.
Podríamos decir que cada inteligencia representa una manera de conocer el mundo, pues cada persona cuenta con un perfil de inteligencia propio y ese aspecto es el que como padres y madres debemos conocer en nuestros hijos para saber aportarles los recursos necesarios en los que deben reforzar o mejorar y apoyarles en aquello en lo que destaquen o muestran un mayor interés.
Si cada persona posee un perfil de inteligencia distinto, resulta evidente que los procesos de aprendizaje y su sistema de evaluación deberían valorar aspectos como la diversidad, las capacidades individuales, la constitución cerebral, el entorno y el contexto cultural. Estos son los aspectos claves que como padres y madres debemos tener en consideración para trabajar con nuestros hijos e hijas desde la perspectiva de las Inteligencias múltiples.
“En educación, la teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner estableció pautas que permiten reconocer y aceptar la diversidad. Y, al mismo tiempo, estableció principios de igualdad”.
Los padres y madres tenemos que conocer a cada uno de nuestros hijos de manera individualizada, buscando la motivación que necesitan así como la manera, el camino o método de poder llegar a ellos, con el fin de trabajar esa motivación tan necesaria para conseguir su máximo rendimiento y haciéndoles saber que aunque en algo no sean buenos o no destaquen, con esfuerzo, perseverancia y motivación, podrán lograrlo.
Por otra parte, aprender como padres, madres o tutores que hay diversos caminos para lograr las cosas, es decir, que si nuestro hijo le cuesta aprender por ejemplo a leer, tenemos que comprender que el camino no es solo el mundo de las letras y obligarles a hacerlo, porque en vez de aprender conseguiremos todo lo contrario. Pero si por otro lado, sabemos que nuestro hijo no destaca en la inteligencia lingüística pero si destaca en la inteligencia matemática, o en otra inteligencia de las que hemos citado como la visual-espacial, la musical, la cinéstésico corporal… podremos enseñarle a leer por medio de juegos donde tenga que contar las letras, realizar puzles componiendo palabras por medio de la unión de letras, buscar las letras en juegos de sopa de letras para formar palabras, reconocer las silabas según código de colores para formar palabras que les facilite su aprendizaje, aprender las letras por medio de las canciones, bailes…
Tenemos que saber que no todos los niños y las niñas aprenden de la misma manera de ahí que creamos que cada uno de nuestros hijos son únicos y diferentes de otros hijos o niños, y por eso debemos ofrecerles las herramientas adecuadas para poder ayudarlos. Nuestro fin último es hacer entender a las familias es que el niño tenga motivación por aprender y que aprenda a leer y a escribir jugando, creando en ellos emoción por aprender y en el adulto guie este aprendizaje por medio de la motivación, desarrollando entre todos la inteligencia emocional.
En muchas ocasiones, la inteligencia que más hay que desarrollar, es la emocional para lograr el objetivo propuesto. De esta manera se puede abordar el contenido pero con una perspectiva diferente en cada hijo, con el fin de llegar a cada uno de ellos en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Es muy importante conocer aquellos intereses y gustos de nuestros hijos e hijas con el fin de conseguir o lograr un objetivo pero que a ellos no les genere un problema o mal estar, como es en el caso de algo que les cueste, no les guste o lo vean inalcanzable, y antes de frustrarse tenemos que como padre y madre guiarles en ese camino. Somos conscientes que algunos de esos aprendizajes que más les puede costar son necesarias y beneficiosos para ellos, pero que por otro lado, queremos como padres ayudarles ofreciéndole otras alternativas más adecuadas para él para lograr alcanzar todo aquello que se proponga.
La familia tiene un papel clave en este aspecto: La importancia de saber motivar a nuestros hijos, en todos los aspectos de la vida, puede hacer sentir a los niños y niñas más fuertes, poderosos y sin límites. Conociendo a cada hijo como un ser único sabiendo en que inteligencia es en la que destaca y si además añadimos disciplina, esfuerzo, motivación y una gran dosis de positivismo podemos, como familia, formar parte de este proceso de enseñanza-aprendizaje, para que los niños y las niñas sean lo que se propongan ser o conseguir a veces retos que no les guste, y con la ayuda de los padres y madres, ese reto u obstáculo que se encuentren en el camino, saltarlo para seguir avanzando.
Estimular desde casa las Inteligencias múltiples
Durante muchos años se pensó que la inteligencia era algo genético, incluso se relacionaba con el tamaño del cráneo. Pero Gardner, gracias a su tesis demostró que esto no era así. La inteligencia no es innata, se puede desarrollar por medio de la educación individualizada. Existe cierto componente genético, pero no lo condiciona todo y cada niño tiene muchísimas posibilidades si se saben explotar.
Cuando hablamos de inteligencia, nos estamos refiriendo a un concepto más amplio y que no siempre deberíamos como padres relacionarlo con el éxito académico de nuestros hijos.
La inteligencia no es algo único, sino una suma de capacidades diferentes. Los primeros test de inteligencia se basaban en medir las habilidades lógico-matemáticas y lingüísticas, pero tenemos muchos más talentos que nos puede llevar a lograr el éxito en nuestra vida.
En este sentido, podríamos señalar que la inteligencia es educable, es decir, nacemos con capacidades innatas pero en función de la estimulación del medio se desarrollarán más o menos; y que “todos poseemos todas las inteligencias en mayor o menor grado”
Actividades extraescolares (para reforzar lo que les cuesta a nuestros hijos e hijas además de seguir desarrollando sus talentos)
Una vez que hemos aprendido como padres y madres a conocer de manera individualizada a cada uno de nuestros hijos por medio de las Inteligencias múltiples, sabiendo más sobre sus aptitudes, gustos e intereses y por otro lado, sus limitaciones, con los recursos adecuados, podremos estimular en ellos cada una de las inteligencias desde el entorno familiar o bien por medio de actividades extraescolares.
Como veréis, la mejor forma para estimular las inteligencias es a través de juegos y actividades. Los juegos para estimular las Inteligencias Múltiples serán la forma más sencilla y divertida ya que el niño disfrutará durante el aprendizaje. Consiste en divertirse aprendiendo.
Saber elegir cuál es la actividad extraescolar más adecuada para nuestros hijos e hijas será una labor en la que debemos como padres, tener en consideración la opinión, así como los gustos o intereses de ellos, aunque sepamos a veces como padres que algunas de esas actividades son necesarias para reforzar el ámbito educativo o bien estimular alguna inteligencia en la que requiere un mayor refuerzo.
Debemos por ello observar a nuestros hijos de manera individualizada y plantearnos dos objetivos claves a la hora de nuestra elección:
- Siempre que sea posible hay que ayudar a desarrollar las diferencias de cada uno de nuestros hijos.
- Fomentar un aprendizaje que sea vivencial y que estimule la emoción por aprender asegurarán el éxito en la educación.
Para entender esta idea hacemos referencia a una reflexión de Albert Einstein: “Todos somos genios, pero si juzgamos a un pez por su capacidad de trepar árboles vivirá pensando que es un inútil”.
¿Por qué exigimos a veces como padres y madres los mismos objetivos, de la misma manera, a los hijos, siendo cada uno diferente? ¿Por qué en ocasiones, cuando se trata de elegir una extraescolar, somos nosotros los que elegimos sin contar con sus intereses o aptitudes? ¿Por qué apuntamos a la misma extraescolar a los hijos sabiendo que cada uno muestra unos intereses diferentes?
Entonces, ¿cómo podemos educar a nuestros hijos? ¿Qué podemos hacer para conocer y potenciar sus inteligencias? ¿Qué inteligencias debemos potenciar más, la que destaca o en la que presenta una limitación? ¿Debemos solo potenciar aquello que les motiva y cree interés y dejar apartada aquella que le suponga un reto a la hora de elegir una extraescolar?
Desde Up!family os recomendamos en primer lugar el valorar todos los ámbitos y no solamente el académico de vuestros hijos a la hora de elegir una actividad extraescolar. Si como padres, solo valoráramos el ámbito académico, aunque es importante este aspecto, cobra la misma importancia el ensañarles a saber manejarse en la sociedad en la que viven, teniendo siempre presente como padres que en muchos de ellos serán más felices si se este conocimiento académico se complementa con otros que les gusten, les motive o creen intereses en ellos, como es por ejemplo realizar un deporte, tocar un instrumento, bailar, el aprendizaje de un idioma extranjero…
Cuando nuestros hijos e hijas cuentan con la edad de 4 o 5 años podemos ir conociendo en ellos aptitudes que más o menos van destacando así como gustos y preferencias hacia un tipo de actividades. Por otro lado, seremos conocedores igualmente de aquellas actividades que les puede resultar más complejas de realizar, tengan una mayor limitación a la hora de llevarlas a cabo, o simplemente no les genere un gran interés y por lo tanto, necesiten reforzar.
Para la elección de una adecuada extraescolar que le ayude y a su vez disfrute de ella será aquella que verdaderamente necesite nuestros hijos. Un ejemplo claro de equilibrar aquello que le gusta a nuestros hijos pero que como padres sepamos que necesitan reforzar en otro aspecto, sería ofrecerle una extraescolar que le motive por la manera o los medios que se utilizan para poder llevarla a cabo y que a su vez le esté reforzando en otro área que tenga una mayor limitación. Si a un niño que le cueste el aprendizaje de un idioma extranjero como puede ser el inglés, pero que le interese los recursos tecnológicos, el poder ofrecerle una extraescolar como puede ser digital skills en las que aprendan recursos y habilidades por medio de herramientas tecnológicas como pueden ser tablets, chromebooks, portátiles… adquiriendo a su vez conocimientos en inglés la llevará a cabo feliz y aprenderá si simplemente nos limitamos como padres a apuntarle a inglés mediante clases tradicionales cuando a lo mejor no destaca en la inteligencia lingüística. Contaría con recursos tecnológicos apoyando el desarrollo de las inteligencias múltiples con las TIC. -Tecnologías de la Información y la Comunicación- deben ser, además, TAC -Tecnologías del Aprendizaje y el Conocimiento- y servir para el desarrollo personal, académico y profesional de nuestros hijos e hijas.
Como padres sabemos que son los niños de la era tecnológica, que pasan la mayor parte del tiempo delante de las pantallas con un objetivo de ocio y debemos promover otras posibilidades para enseñarles que aquello que muestre interés les sirva también para aprender otros aspectos que a lo mejor no muestre tanto entusiasmo por aprender.
De ahí la importancia de conocer como padres y madres a nuestros hijos de manera individualizada con el fin de poder estimular en ellos las Inteligencias múltiples que desarrolló Gardner.
En este sentido, vamos sabiendo como padres si se le va dando bien la resolución de problemas matemáticos, si calcula rápido o lento, si tiene grandes dotes para la música, si posee facilidad a la hora de expresarse o si por el contrario no sabe expresarse con fluidez, si le cuesta relacionarse con los demás…
Para poder ayudar y así poder educar emocionando a nuestros hijos para una excelencia y calidad educativa, es muy importante tener en cuenta en su desarrollo personal y su felicidad, por partes iguales, conocer en que inteligencia destaca y en cual requiere un mayor refuerzo para saber ofrecerles como padres las herramientas adecuadas que contribuya en el desarrollo integral de nuestros hijos e hijas y elegir una adecuada extraescolar que realice por gusto sin suponerle un mayor esfuerzo.
Gracias a la educación que le ofreceremos en el entorno familiar y escolar, a los estímulos que les proporcionemos y a la adecuación de las características de cada niño, contribuiremos a que se puedan manejar con soltura en todos los ámbitos y no solo en los que, en un principio, les eran más favorables.
Desarrollar especialmente las inteligencias intrapersonal e interpersonal será necesaria para un buen desarrollo de nuestros hijos en todos los sentidos. Estas dos inteligencias son el origen de la inteligencia emocional. La mayor parte de los factores de felicidad y éxito del ser humano derivan directamente del equilibrio personal y de la relación con los demás.
La clave está en saber combinar el disfrute con la exigencia.
Si como padres queremos ofrecerles alguna actividad extraescolar para seguir reforzando y estimulando las inteligencias de nuestros hijos debemos partir de aquellas habilidades que posee, pero de igual manera, conocer aquellas limitaciones que tiene para poder reforzar con la actividad extraescolar propuesta. Una extraescolar puede ayudar a los niños a descubrir sus talentos, a desarrollar sus capacidades y así como a impulsar el desarrollo de la personalidad de nuestros hijos.
Muchos niños se pueden llegar a identificar con sus extraescolares: el éxito en las actividades fuera del colegio promueve la seguridad en uno mismo.
Pocas veces se esfuerza uno tanto como cuando disfruta con lo que hace y en la manera en la que lo hace y este aspecto es de gran relevancia como dato para la elección de una extraescolar que siga contribuyendo en el desarrollo integral de nuestros hijos e hijas.
Por este motivo tenemos que buscar actividades que les “genere una motivación”’ y que, a la vez, les supongan un reto, por un lado para seguir estimulando esa inteligencia en la que sabe cuenta con grandes dotes y por otro lado aquella en la que sepa que tiene que reforzar.
Las actividades extraescolares crean un equilibrio entre el día a día en el centro escolar y el tiempo libre de nuestros hijos y puede ayudar a disminuir el estrés en ellos además de disfrutar a la hora de realizarlas y reforzar en algunas de ellas. Del mismo modo, las actividades que estimulan la inteligencia cinestésica corporal, visual espacial, musical o naturalista se pueden complementar las unas con las otras en el caso de que tengan varios intereses.
Por último, tenemos que tener en consideración como padres en la elección de las extraescolares, que nuestros hijos necesitan también de un tiempo necesario de descanso, dejándoles al menos dos días libres de obligaciones extraescolares a la semana. Por ello, tenemos que tener en cuenta que tener varias actividades como puede ser clases de música, practicar un deporte y el aprendizaje de un idioma extranjero, incluso se da el caso de niños que cuentan a diario con actividades puede causar en los niños estrés y que por lo tanto se piérdalos numerosos beneficios que pueden llegar aportar las extraescolares.
En conclusión
Las actividades extraescolares que se practican con regularidad pueden tener innumerables efectos positivos sobre el desarrollo integral de nuestros hijos y ser una fuente de recursos en el estímulo de las inteligencias múltiples.
El saber elegirlas conociendo de manera individualizada a nuestros hijos, buscando el equilibrio entre aquello que le interesa y aquello que requiera de un mayor refuerzo por su parte, sin saturarles, contando con su opinión, aptitudes y preferencias supondrá una influencia destacable sobre el desarrollo de la personalidad de nuestros hijos transmitiéndoles valores de gran importancia como la paciencia, la autodisciplina, la perseverancia, el esfuerzo así como una seguridad en uno mismo y la motivación por llevarlas a cabo.
Fuente: Universidad de Padres.
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