Por Francisco Javier Palazón
Decía Hannah Arendt que “mentir constantemente no tiene como objetivo hacer que la gente crea una mentira, sino garantizar que ya nadie crea en nada”. Para la filósofa alemana, un pueblo que ya no puede distinguir entre lo que es verdad y lo que es mentira llega un momento en el que no sabe discernir entre el bien y el mal y, en definitiva, no puede pensar, juzgar y, sin saberlo ni quererlo, está sometido al imperio de la mentira. Al final y lo que es más importante de todo esto: “Con gente así, puedes hacer lo que quieras”, subrayaba.
No pude dejar de recordar estas palabras de Arendt sobre la verdad y los beneficios de la manipulación informativa durante los días posteriores a la tragedia de Valencia en los que las redes sociales se llenaron de noticias falsas de todo tipo. Yo mismo, por ejemplo, llegué a creer que en el aparcamiento del Centro Comercial Bonaire podría haber decenas de fallecidos dadas las circunstancias en las que se encontraba y los comentarios que llegaban desde los primeros días: varias plantas inundadas y espacio para miles de coches. Cuando afortunadamente se comprobó que no había ningún fallecido en su interior, recuerdo que una amiga me escribió para decirme que sus hijos adolescentes estaban muy alterados porque no confiaban en la versión oficial y, por el contrario, sí creían la de los propagadores de mentiras, que insistían que las autoridades estaban ocultando la verdad sobre lo que realmente había allí dentro. La mentira tenía que prevalecer aunque los hechos demostrasen lo contrario.
No es la primera vez que los bulos campan a sus anchas por las redes sociales. Por desgracia, llevamos años en los que ya forman parte de nuestro día a día. Y no me canso de repetir que toda la sociedad en su conjunto debe luchar para hacerles frente y conseguir erradicarlos; una labor que debe empezar en los propios colegios, formando al alumnado para que sepa discernir con claridad entre lo que es información veraz y lo que no lo es. Y en esa labor, la capacidad de generar un pensamiento crítico juega un papel clave. Como dice el filósofo José Carlos Ruiz, “es la capacidad de entenderse a sí mismo -con sus circunstancias y las de los demás- e interpretar bien los contextos”.
Consultado en: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/pensamiento-critico-bulos/ Fecha de consulta: 09/12/2024