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Bogotá, Colombia - América

Mensaje de la CIEC al V Encuentro de la Escuela Salesiana de América Guadalajara 2024

Mensaje de la CIEC al V Encuentro de la Escuela Salesiana de América Guadalajara 2024

Un cordial saludo de la Confederación Interamericana de Educación Católica CIEC al V Encuentro de la Escuela Salesiana de América, bajo el tema “Juntos, por el presente y el futuro de la educación salesiana en América“.

“¿Para qué se quiere preservar hoy un poder que será recordado por su incapacidad de intervenir cuando era urgente y necesario hacerlo?” (LS, 57)

 Esta pregunta es formulada por el Papa Francisco, no va dirigida a la educación ni a la escuela católica sino a los poderosos de este mundo que tienen la posibilidad de diseñar y tomar las decisiones urgentes que se requieren, con mayor amplitud de miras, para prevenir los conflictos y su consecuente impacto ambiental que va acabando con el Planeta.

Ciertamente que no le toca a la Escuela Católica resolver los problemas ecológicos ni dar la dirección a las políticas que harán que el desarrollo sea humano, integral y sostenible, tal como lo propone Laudato Si’, en el profético documento propuesto por Francisco a cada persona de este Planeta sobre “El cuidado de la Casa común”. No obstante, la educación católica tampoco puede diluir o minimizar la responsabilidad que le toca asumir en el escenario complejo de la actual situación de mundo y, más localmente, en nuestro continente. En otras palabras, también es válida la pregunta del Papa porque, tal como Francisco mismo lo señala,

“si se quiere conseguir cambios profundos, hay que tener presente que los paradigmas del pensamiento realmente influyen los comportamientos. La educación será ineficaz y sus esfuerzos serán estériles si no procura también difundir un nuevo paradigma acerca del ser humano, la vida, la sociedad, y la relación con la naturaleza” (LS, 215)

Conviene preguntarnos con frecuencia qué es lo católico de la misión educativa o, mejor, qué hace que una propuesta educativa escolar sea católica. Reconozco el valor de muchos trabajos escritos de salesianos y salesianas sobre el tema y que dan pistas importantísimas para responder esta pregunta.

Quizás, si existiera una especificidad nuestra, es algo de estilo propio hecho explícito en una interrelación educativa a partir de una espiritualidad basada en los valores católicos centrales de la fe, la fraternidad, la misericordia, la justicia y otros de mayor sabor en la espiritualidad salesiana como la alegría y la prevención que, correlativamente, requieren ser resignificados para el mundo de hoy.

Podría ampliar un poco más la afirmación con los siguientes componentes: una espiritualidad que invita a encontrar a Dios y encontrarse con Él en la persona de los estudiantes y los colegas, y que anuncia a Jesucristo fundamentalmente por la manifestación del rostro misericordioso de Dios; una relación pedagógica respetuosa, creativa y propiciadora del crecimiento de las personas; una opción basada en la construcción de comunidad, en la preocupación por los pobres, la justicia y el cuidado de la casa común; una propuesta educativa de calidad y contextualizada a las realidades económicas, sociales y políticas; y con unos valores que, a partir de la esperanza, toman en cuenta las capacidades y potencialidades de cada persona y el compromiso con la construcción de una sociedad justa, equitativa y en paz.

No obstante, conviene siempre, como decía Bertrand Russell, “En todas las actividades es saludable, de vez en cuando, poner un signo de interrogación sobre aquellas cosas que por mucho tiempo se han dado como seguras”; entre otras cosas, porque fue siempre muy propio de Don Bosco revisar continuamente sus prácticas, reescribirlas, probarlas, rehacerlas y replantearlas.

Hoy más que nunca estamos invitados a la búsqueda de respuestas nuevas coherentes con las realidades. En concreto, tenemos que inventar las respuestas que correspondan a los cambios sociales, económicos y políticos de los pueblos en donde nos hemos encarnado, atentos especialmente a los niños y jóvenes que quedan excluidos de los beneficios de la globalización tanto en los países ricos como en los países pobres”. En otras palabras, debemos convencernos que más importante que administrar el pasado debemos convertirnos al futuro.

Muchas gracias por su heroísmo, por lo que hacen a diarios en sus escuelas y colegios y por su apoyo y confianza en la CIEC.

“El salesiano está llamado a tener el sentido de lo concreto, y presta atención a los signos de los tiempos, convencido de que el Señor también se manifiesta por medio de las situaciones urgentes del momento y de los lugares”. Const. 19

 

Oscar A. Pérez Sayago
Secretario General CIEC

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