Por: Ethic.
Algunos grupos de población son mucho sensibles a los efectos del cambio climático. Son, en cierto modo, quienes están pagando más las consecuencias del calentamiento global. Es lo que le ocurre a la infancia, la más afectada por la crisis climática y de quienes, a pensar de todo, se están olvidando los compromisos de financiación para luchar contra su avance.
Es lo que acaba de concluir un nuevo informe de los miembros de la coalición Iniciativa por los Derechos Medioambientales de la Infancia (CERI, por sus siglas en inglés), Plan International, Save the Children y UNICEF, Falling short: addressing the climate finance gap for children . Así, solo una mínima parte de los principales fondos mundiales para el clima pueden clasificarse como actividades de respuesta y apoyo a la infancia.
El informe parte de tres criterios para analizar evaluar si la financiación de los principales fondos climáticos multilaterales aborda los riesgos específicos a los que se enfrenta la infancia si fortalecen su resiliencia contra la situación. «La inversión urgente y efectiva es clave para adaptarse al cambio climático, y es particularmente crítica para los niños, especialmente las niñas, que son muy susceptibles a los impactos a corto y largo plazo», explica Kabita Bose, directora nacional de Plan International Bangladesh. «Sin embargo, el gasto actual ignora casi por completo a los niños: esto tiene que cambiar», asegura.
De todo invertido en proyectos relacionados con el clima en los últimos 17 años (poniendo como fecha de cierre del período analizado el mes de marzo de 2023), solo el 2,4% cumple los tres patrones de análisis. Por tanto, solo unos 1.095 millones de euros de toda esa inversión contra la emergencia climática se han ido a cuestiones conectadas con la infancia.
Los responsables del informe advierten también de que es posible que esos datos estén sobreestimados. Esto es, la realidad podría suponer que incluso menos dinero podría haber cumplido todos los requisitos. «Los niños y las niñas son el futuro, pero nuestro futuro está determinado por las acciones de aquellos que toman las decisiones en el presente, y nuestras voces no están siendo escuchadas», apunta Maria Marshall, una defensora de la infancia y activista climática de UNICEF de 13 años de Barbados.
Los niños y las niñas son obviados en estos procesos. El informe destaca que, cuando se trata de infancia, a menudo se les considera un grupo vulnerable en lugar de reconocerlos como partes interesadas activas o agentes de cambio. Menos del 4% de los proyectos, que representan solo el 7% de la inversión del MCF (2.580 millones de dólares, 2.355 millones de euros), tienen en cuenta de forma explícita y significativa las necesidades y la participación de las niñas.
Según el Índice de Riesgo Climático para la Infancia de UNICEF, más de mil millones de niños y niñas corren un riesgo extremadamente alto de sufrir los efectos de la crisis climática. «Todos los niños y las niñas están expuestos al menos a un riesgo climático, y a menudo a varios», recuerda Paloma Escudero, Asesora Especial para la Defensa del Clima en UNICEF. «La financiación y la inversión que se necesitan desesperadamente para adaptar servicios sociales fundamentales como la sanidad y el agua a los riesgos climáticos son insuficientes y no tienen en cuenta las necesidades urgentes y únicas de los niños y niñas», alerta.
Escudero tiene claro que debe ocurrir: «Esto debe cambiar. La crisis climática es una crisis de los derechos de la infancia, y la financiación para el clima debe reflejarlo».
Fuente: Ethic.
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