Los docentes pueden ser grandes impulsores para fomentar el desarrollo integral de estudiantes con altas capacidades intelectuales.
Por Mariana Sofía Jiménez Nájera
La diversidad del alumnado de cualquier escuela puede ser muy grande, pero también lo es dentro del aula; en donde lo único que pudiera unir a los estudiantes sería que tienen edades similares y están en el mismo grado escolar. Sin tomar en cuenta otras diferencias entre las y los estudiantes de apariencia física y vivencias personales, también existen diferencias en las capacidades cognitivas de cada persona.
Por un lado, en muchas ocasiones gran parte del aula puede estar al tanto de lo que aprende en el día en día de la clase. Otros, podrán tener dificultades entendiendo la materia y acudirán a asesoramiento adicional para mejorar su comprensión a través de compañeros o docentes. Y, finalmente, estarán los aprendientes que estarán un paso (o varios) adelante del resto del grupo, quienes tendrán un entendimiento más profundo y elevado de lo que los rodea y tendrán distintas actitudes con respecto al material visto en clase: el alumnado con altas capacidades intelectuales.
“Ni la raza, la cultura, ni el nivel social determinan su existencia [de los alumnos superdotados], pero la influencia del medio ambiente es determinante, pudiendo ejercer una influencia positiva o negativa en ellos”. (Albes, et al., 2013)
Además de que las familias o tutores son también responsables del ambiente que deben crear para sus hijos e hijas, las y los profesores igualmente son parte vital del desarrollo de estos alumnos superdotados. Muchos docentes podrán sentirse confundidos o alarmados por no saber exactamente cómo instruirlos, y en la gran mayoría de las escuelas no existen programas de apoyo para este tipo de estudiantes. No obstante, existen maneras para que las y los maestros puedan guiar su desarrollo integral a uno que se ajuste a sus capacidades; ya que, a pesar de ser sumamente inteligentes, necesitarán ser acompañados como cualquier otro estudiante. De lo contrario, dejarlos valerse por sí mismos por el simple hecho de “ser inteligentes” podría acarrear efectos negativos a lo largo de sus vidas.
Características del alumnado de altas capacidades intelectuales
El alumnado de altas capacidades puede no parecerlo a simple vista: algunos de ellos podrán mostrarse participativos y entusiastas por involucrarse en clase y tener buenas calificaciones, pero también estarán aquellas que tengan muy malas notas y actitudes pesimistas con respecto a la educación.
Es relevante mencionar que una característica es que padecen de un desarrollo asíncrono , en donde a pesar de sus extraordinarias habilidades cognitivas, estas no van a la par del desarrollo de sus habilidades sociales y emocionales; y entre más intelectualmente sobresalientes sean, será más grande la brecha entre estos atributos. Empero, para algunas personas, conforme crecen estas competencias alcanzarán a las intelectuales hasta estar a la par; aunque no es para todas las personas, ya que sus capacidades pueden diferir a pesar de ya ser adultos.
Algunas características de infancias superdotadas son:
- Poseen un vocabulario más amplio para su edad.
- Aprenden y procesan información más rápido que sus compañeros.
- Suelen ser personas perfeccionistas.
- Cuentan con altas habilidades para mantener la atención y concentración.
- Tienen la necesidad de explorar ciertos temas en profundidad.
- Se les facilita ser autodidactas.
- Tienen cuestionamientos profundos.
- Suelen contar con intereses muy particulares.
- Requieren de constante estimulación mental.
- Son flexibles para afrontar nuevas situaciones y se adaptan rápidamente al cambio.
- Pueden ser personas muy sensibles y/o manifestar intensidad emocional.
Sin embargo, un gran consejo que aporta la Asociación para la Supervisión y Desarrollo del Currículo (ASCD por sus siglas en inglés) es el de aplicar un examen sin valor académico del contenido que se verá hasta el fin del ciclo escolar, en el cual además de tener una idea general del conocimiento del grupo, los estudiantes superdotados también resaltarán y será más sencillo identificarlos.
Alentando el desarrollo social y emocional
Ahora bien, ya teniendo identificado a uno o varios estudiantes con dichas capacidades, es de suma importancia remarcar que a pesar de estar en una fase más avanzada intelectualmente que el resto de sus compañeros, siguen siendo emocionalmente iguales y deben ser tratados como tal.
“Apoyar su desarrollo social y emocional [de los alumnos superdotados] es igual de importante que retarlos académicamente”. – Lisa Van Gemert, educadora
Las y los estudiantes superdotados suelen ser más sensibles al tener una comprensión más profunda de su entorno y son personas muy empáticas, con un fuerte sentido de la justicia. De igual manera, muchos pueden ser perfeccionistas o se presionan mucho a sí mismos para cumplir con las expectativas que se les ponen, resultando a que sean susceptibles a la frustración y decepción.
Al estar en un nivel intelectual superior al de los demás niños y niñas, los estudiantes superdotados tienen pensamientos y percepciones más complejas de lo normal, por lo que pueden manifestarse a través de emociones muy intensas; haciendo que muchas personas puedan confundir estas respuestas emocionales como signos de inmadurez. Por lo que, como con cualquier otro estudiante, los docentes deben reconocer y aceptar sus emociones, ya que se debe a su desarrollo asíncrono, como se mencionó anteriormente.
Asimismo, en muchas ocasiones también pasa lo mismo con el desarrollo social de estos estudiantes. Desgraciadamente, muchos de ellos pueden sufrir de bullying por su inteligencia o las maneras en las que se expresan, por lo que pueden ser excluidos de los círculos sociales dentro del salón de clases. De igual forma, al tener intereses más elevados, a veces no podrán comunicarse como lo harían el resto de los compañeros, disminuyendo sus posibilidades de formar relaciones sociales con personas de su edad o aumentando su ansiedad e inseguridad.
Se pensaría que los estudiantes superdotados serían un gran tutor para aquellos que se les dificulten ciertas materias, pero esto no es del todo una buena idea. No todos tienen madera de docente, por lo que agrupar a estudiantes que se encuentran en diferentes niveles intelectuales puede ser desesperante y hasta aburrido para el grupo. Las y los docentes deben recordar que, superdotado o no, siguen siendo sus estudiantes y como el resto, también deben ser guiados en su travesía académica.
De igual manera, formar equipos con esta combinación tampoco será óptimo. Lo más conveniente será no tratarlos como tutores, ya que ellas y ellos también necesitan ser retados intelectualmente para que alcancen su máximo potencial, y no ciclarlos con temas que ya han masterizado. Para aquellos trabajos colaborativos, será esencial agrupar a este tipo de alumnos con otros que tengan las mismas o similares capacidades que ellos para que puedan llegar a soluciones más avanzadas y adecuadas a su intelecto.
¿Cómo apoyarles académicamente?
Al igual que un niño o niña que sea bueno en natación y requiere de entrenamiento especializado para sobresalir en este deporte, los estudiantes superdotados tienen que entrenar su mente; deben de ser retados cognitivamente de manera constante para ayudarlos a cultivar su intelectualidad.
Darles tarea adicional por terminar más rápido sus labores definitivamente es algo que debe evitarse, ya que al alumno puede costarle aceptar trabajos que sean repetitivos, además de que puede ser tedioso o interminable el hecho de sentir que nunca acabará y recibir más asignaturas que el resto de sus compañeros; lo cual puede ser contraproducente porque podrían sentirse desmotivados. A cambio de esto, el o la profesora puede encargar algún proyecto que indague más sobre lo que se enseñó en clase o sobre algún tema particular que al alumno le apasione, el cual podrá realizar poco a poco y sin presión. Igualmente, dejarlos hacer por adelantado otras tareas también podría contribuir a que no se aburran al tener que seguir el paso de sus demás compañeros.
Acompañado a la idea anterior, ya que el alumno puede profundizar en el tema instruido en clase o alguno que le interese, las y los profesores deben fomentar y favorecer el uso de distintas fuentes de información y no solo apoyarse en un solo libro o recurso; esto, con el fin de proporcionarles herramientas confiables que pueda consultar en caso de requerir ahondar más sobre alguna materia y propiciar aún más su autodidactismo.
La taxonomía de Bloom, un esquema muy útil para visualizar el contenido de un tema a instruir, puede ser utilizado para identificar rápidamente los pasos que probablemente se podría saltar un estudiante superdotado. Por lo general, los primeros tres pasos (recordar, aprender y aplicar) los pasan rápidamente y en ocasiones puede que ya ni necesiten que se les instruya, por lo que pasan directamente a las etapas de pensamiento más profundo (analizar, evaluar y crear). Utilizando este modelo, las y los profesores podrán diseñar tareas que estén en los niveles inferiores y adecuarlas a los niveles superiores para el alumnado de altas capacidades intelectuales.
Es indispensable comunicarse y trabajar en conjunto con las familias o tutores de los niños y niñas de altas capacidades intelectuales. Conocer sus comportamientos, así como intereses fuera de clase, será información valiosa para comprenderlos y detectar señales de frustración y agotamiento; entablando luego un diálogo para trabajar ambas partes en estrategias para solucionar estos malestares. La mayoría del profesorado no podrá crear un plan aprendizaje personalizado para cada estudiante en el aula, pero sí podrá orientar a cuidadores sobre programas, cursos o materiales adicionales que refuercen el aprendizaje y desarrollo integral de estos alumnos.
Finalmente, la comunicación será esencial para que el o la estudiante pueda conocerse a sí mismo y estar consciente de sus habilidades, así como las ventajas y desventajas que estas pueden traerle para apaciguar pensamientos o sentimientos donde puedan sentir insuficiencia o que no encajan con los demás y propiciar su sentido de la curiosidad y su motivación para aprender más.
El alumnado con altas capacidades intelectuales necesita de un ambiente positivo y comprensivo para cultivar sus capacidades, por lo que las madres, padres y docentes serán una pieza clave para propiciar correctamente su desarrollo emocional, social y académico. De esta manera, sus habilidades florecerán y podrán atravesar con seguridad su trayectoria académica para alcanzar un mejor futuro donde puedan hacer brillar sus talentos.
Consultado en: https://observatorio.tec.mx/edu-news/futuro-brillante-para-mentes-brillantes/ Fecha de consulta: 08/11/2024