El XXVIII Congreso Interamericano de Educación Católica ha tenido como objetivo generar e intensificar iniciativas en la Escuela Católica de América a fin de acelerar los avances necesarios hacia el logro de un futuro sostenible.
Pero no se puede hablar de iniciativas sin tener claro un cómo, un por qué y un para qué. He aquí el trabajo realizado estos tres días de intensa reflexión. Por este motivo, desde CIEC proponemos 12 conclusiones claves:
- Desde 1992, la UNESCO ha promovido la Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS). En la iglesia, con el fuerte llamado del Papa Francisco desde Laudato SI, el impulso de la EDS nunca ha sido más fuerte. Temas mundiales –como el cambio climático- requieren de forma urgente un cambio en nuestros estilos de vida y una transformación en nuestra forma de actuar y pensar. Se necesita un cambio fundamental en la forma en que pensamos sobre el rol de la educación en el desarrollo mundial, porque tiene un efecto catalizador en el bienestar de las personas y el futuro de nuestro planeta.
- La Escuela Católica al estar inserta en la realidad, tiene que responder a esta necesidad a la hora de definir los objetivos y contenidos de aprendizaje pertinentes, introduciendo pedagogías que empoderen a los alumnos e instando a las instituciones a incluir los principios de sostenibilidad en sus estructuras de gestión.
- La agenda mundial para el desarrollo sostenible 2030 refleja claramente la importancia de una respuesta educativa apropiada. La educación está explícitamente formulada como un objetivo independiente en el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 4. Metas e indicadores relacionados con la educación también están incluidos en otros ODS.
- La educación de calidad que es tan importante en la escuela católica, es tanto una meta en sí misma como un medio para lograr todos los otros ODS, porque es parte integral del desarrollo sostenible y un facilitar clave de mismo. Es por ello que la educación representa una estrategia esencial en la consecución de los ODS.
- Educar para un futuro sostenible tiene que concebirse como parte integral de una educación de calidad, inherente al concepto de aprendizaje a lo largo de toda la vida: todas las instituciones educativas, desde jardines de infantes hasta la educación superior, y tanto en la educación no formal como en la educación informal, pueden y deberían considerar su responsabilidad de abordar intensivamente temas de desarrollo sostenible, y de promover el desarrollo de las competencias de sostenibilidad.
- Embarcarse en el camino del desarrollo sostenible requerirá una transformación profunda en nuestra forma de pensar y actuar. Para crear un mundo más sostenible y abordar los temas relacionados con la sostenibilidad descritos en los ODS, todos los agentes de la Escuela Católica deben convertirse en agentes de cambio. Necesitan conocimientos, habilidades, valores y actitudes que los empoderen para contribuir al desarrollo sostenible. Por lo tanto, la educación es crucial para alcanzar este tipo de desarrollo.
- Educar para un futuro sostenible en la Escuela Católica apunta a desarrollar competencias que empoderen a los alumnos para reflexionar sobre sus propias acciones, tomando en cuenta sus efectos sociales, culturales, económicos y ambientales actuales y futuros desde una perspectiva local y mundial; para actuar en situaciones complejas de una manera sostenible, aún si esto requiriera aventurarse en nuevas direcciones; y para participar en los procesos sociopolíticos a fin de impulsar a sus sociedades hacia un desarrollo sostenible.
- Educar para un futuro sostenible requerirá una evolución de la enseñanza al aprendizaje. Esta busca una pedagogía transformadora y orientadora a la acción, y se caracteriza por aspectos tales como el aprendizaje autodidacta, la participación y la colaboración, la orientación hacia los problemas, la inter y transdisciplinariedad, y la creación de vínculos entre el aprendizaje formal e informal.
- La escuela católica está llamada a impulsar políticas relevantes y coherentes para lograr un cambio en los sistemas educativos. Los ministerios de educación a lo largo del continente tienen la importante tarea de garantizar que los sistemas educativos estén preparados para y puedan responder a los desafíos de sostenibilidad actuales y emergentes. Lo anterior incluye, entre otras acciones, la integración de las EDS en los planes de estudio y en los estándares de calidad nacionales, y crear marcos indicadores relevantes que establezcan estándares para los resultados de aprendizaje.
- Los educadores son agentes de cambio poderosos, que pueden dar con la respuesta educativa necesaria para alcanzar los ODS. Sus conocimientos y competencias son esenciales para reestructurar los procesos y las instituciones educativas en pos de la sostenibilidad.Para que los docentes estén preparados para facilitar la EDS, tienen que desarrollar competencias clave de sostenibilidad (incluyendo conocimientos, habilidades, actitudes, valores, motivación y compromiso). Sin embargo, además de las competencias generales para la sostenibilidad, también necesitan competencias para la EDS, que se pueden describir como la capacidad del docente de ayudar a personas a desarrollar competencias de sostenibilidad por medio de un rango de prácticas innovadoras de enseñanza y aprendizaje.
- Para lograr que todas las personas de nuestro continente se movilicen en favor del desarrollo sostenible, la Escuela Católica debe considerar su misión de cara a la construcción del Pacto Educativa Global y el compromiso de cuidar la casa común, dos respuestas a la Educación para el Desarrollo Sostenible. Por eso hacemos un llamado a los directivos, maestros, personal administrativo y de servicios, padres de familia y estudiantes a sentirse profundamente unidos a la Madre Tierra, hermanados con todos los seres vivos, preocupados y solícitos por todo cuanto existe y vive y con una conciencia nueva, la conciencia planetaria, que nos hace percibir que vida, humanidad, Tierra y universo formamos una única, grande y compleja realidad.
- Educar para un futuro Sostenible sería una travesía costosa, un proceso con idas y venidas, hasta afirmarse como el camino más sensato que podrá salvarnos como especie y preservar la integridad y vitalidad de la Madre Tierra. Al final, habremos cambiado tanto que seremos seres de solidaridad, de cooperación y de compasión: el triunfo de una nueva era en la que no pretendemos ya ser pequeños dioses en la Tierra, sino simplemente humanos, que ven y tratan a sus semejantes, a los miembros de la comunidad de vida (plantas, aves, animales, luna, sol, estrellas) simplemente como hermanos y hermanas.
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