Los padres también debemos respetar algunas normas cuando establezcamos límites. Debemos trabajar mano a mano, porque instaurar límites en casa no siempre será sencillo
Os recomendamos una serie de actitudes que os ayudarán en la necesaria, aunque no siempre gratificante, tarea de establecer normas:
1. Ser coherentes. Lo que está mal para uno está mal para todos. Si no queremos que los niños chillen, nosotros tampoco debemos chillar.
2. Ser consecuentes. El mismo comportamiento recibe siempre la misma consecuencia. Si algo está mal, siempre está mal; si algo está bien, siempre está bien.
3. Ser precisos. Cuando algo está mal hablamos del comportamiento que está mal. Nunca englobamos más comportamientos o a la persona completa. Decimos “¿Puedes centrarte en comer para hacerlo un poco más rápido?” o “¿Puedes pedir las cosas de forma más amable en lugar de gritar?” en vez de: “Eres lentísimo” o “Siempre estás chillando”.
4. Ser unánimes. Siempre estamos de acuerdo en qué cosas están bien y qué cosas están mal, y aplicamos los premios o castigos en consecuencia. Si tenemos que debatir algo, nunca lo hacemos delante de los niños. Para ellos somos un muro sin grietas.
5. Ser partícipes. Ambos participamos en la aplicación de consecuencias. Cuando hay que premiar no siempre premia el mismo y cuando hay que castigar no siempre castiga el mismo. El que menos esté en contacto con los niños debe prestar más atención cuando esté.
6. Ser perseverantes y pacientes. Los niños deben saber que con el tiempo y el cansancio no llegan a “salirse con la suya”. Puede ocurrir que el agotamiento de estar siempre exigiendo un comportamiento determinado nos lleve a frases como: “haz lo que te dé la gana”. Esto nos lleva a perder todo lo que habíamos ganado hasta ese momento.
7. Ser reforzadores. Constantemente reforzamos o premiamos los comportamientos que consideramos adecuados para que ellos tengan claro qué está bien y la repercusión positiva que tiene sobre la convivencia.
8. Ser positivos. Buscamos qué cosas están bien, qué cosas vamos consiguiendo, nos fijamos en los progresos y no sólo en lo que todavía no hemos conseguido. Compartimos con los niños esos progresos que observamos para reforzarlos.
9. Tener confianza en nuestras propias decisiones. Saber ir contracorriente y tomar nuestras decisiones.
10. No te olvides de ser amable. Siempre decimos que es importante educar con firmeza pero sin dejar de lado el amor y las actitudes afectuosas. Las cosas se pueden decir de forma contundente pero con dulzura al mismo tiempo. Además, ¡cuando somos amables tenemos mayor impacto en los demás! Te animamos a que veas este breve vídeo en el que hablamos sobre este tema.
Por último, los padres debemos sentirnos parte del mismo equipo que persigue el mismo objetivo. Además de todas las sugerencias anteriores, no olvides:
– No discutir las discrepancias sobre educación delante de los hijos. Si surgen diferentes opiniones a la hora de educar, es mejor hablarlas en privado.
– No desautorizar al otro nunca.
– Evitar centrar la autoridad solamente en un progenitor.
Consultado en: https://www.educamosenfamilia.com/post/qu%C3%A9-actitudes-deben-tener-los-padres-a-la-hora-de-establecer-normas Fecha de consulta: 13/11/2024