El tema académico suele ser una fuente de preocupación para las familias. No es raro que los padres discutan con sus hijos sobre las notas o debido a la escasa implicación en sus estudios. Además, aunque no siempre lo parezca, para los estudiantes el éxito académico tiene una gran relevancia ya que tienden a compararse con otros compañeros e incluso se ha comprobado como su autoestima depende en parte de dichos resultados.
1.1 En primer lugar te animamos a que indagues con tu hijo sobre sus puntos fuertes y débiles a la hora de estudiar. Veamos un ejemplo:
1.2 Lo segundo que hay que explorar es la motivación que tiene tu hijo hacia los estudios. Tiene que responder a la pregunta: ¿para qué estudio? No hay respuestas correctas o incorrectas. De hecho las motivaciones pueden cambiar con facilidad a lo largo de la etapa estudiantil. A veces se estudia para aprobar, otras para aprender, para no perder al grupo de amigos, para evitar una bronca… Lo importante es que haya algo que le impulse a esforzarse y estudiar.
2. El estudio comienza en clase
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Preguntar qué han aprendido durante el día y charlar sobre el tema.
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Echar un vistazo a los apuntes para comprobar que se van haciendo bien.
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Enseñar a manejar una agenda y ayudar a crear el hábito de utilizarla.
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Animar a que pidan tutorías para resolver dudas.
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Adquirir el hábito de preguntar en clase.
4. Planificación
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Saber por qué se hace y después, buscar soluciones. Sabemos que una de las razones más frecuentes es el miedo al fracaso, la ansiedad o el sentirse abrumado. No sirve insistir una y otra vez en que tu hijo se ponga a estudiar ya que lo único que generareis es tensión. Hay que indagar en los motivos por los que tu hijo no estudia y cuando estén claros, tomar acciones. Por ejemplo: “Pospongo estudiar matemáticas porque no me entero de nada” En este caso, una solución puede ser buscar a alguien que explique la materia para ponerse al día.
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Establecer unos objetivos razonables y planificarlos adecuadamente como hemos visto anteriormente.
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Analizar los progresos. Si el plan no está funcionando, habrá que hacer cambios y volver a probar.
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Recompensarse por el trabajo cumplido. Por ejemplo: ver un capítulo de una serie, salir a dar una vuelta con los amigos o jugar al juego favorito. Todo ello en función de la edad. Pero con el concepto claro de que los privilegios se ganan, cumpliendo cada uno con su responsabilidad.
Esperamos que estas pautas sean útiles para tu familia. No dudes en compartirlas con tus hijos ya que son ellos los que tienen que aplicarlas. Como siempre decimos, nuestro trabajo como padres no es resolverles sus problemas sino guiarles para que sean ellos los que vayan superando los escollos.