Alessandro Di Bussolo – Ciudad del Vaticano
En vista del Jubileo, “un tiempo para sembrar esperanza”, miren a los niños, a los adolescentes, a los jóvenes “con confianza, con empatía, quisiera decir ‘con la mirada y el corazón de Jesús’. Ellos son el presente y el futuro del mundo y de la Iglesia”. Porque “quien ama educa” y a través de la educación “expresamos nuestro amor por el otro, por aquellos que están cerca o que nos han sido confiados”. Por tanto, “¡eduquen siempre con amor!”. Hay mucho del espíritu de su última encíclica sobre el amor del Corazón de Cristo en el discurso que el Papa Francisco dirigió a los participantes en el XI Congreso Nacional del Movimiento por el Compromiso Educativo de la Acción Católica (Mieac), recibidos esta mañana en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico.
Valorar la centralidad de la persona
Educar, comenzó el Papa ante un centenar de miembros del movimiento, “significa ante todo redescubrir y valorar la centralidad de la persona” en un contexto de relaciones donde se promueva y desarrolle la dignidad del hombre. El desarrollo integral de la persona, recordó, está también en el corazón del proyecto educativo de la Acción Católica Italiana y del Mieac, desde 1990, cuando recogió el legado del Movimiento de los Maestros Católicos, para una educación que ayude a “cultivar la interioridad, la trascendencia, la espiritualidad”. Y a esta acción educativa se ha dedicado siempre el movimiento con creatividad, en “atención a los signos de los tiempos” y “dejándose iluminar siempre por el Evangelio”.
El terreno inexplorado de la educación cristiana
El Pontífice subrayó que en este “cambio de época” y en el proceso de secularización, la actividad educativa se enfrenta a “un horizonte casi inédito”.
La educación cristiana transita por terrenos inexplorados, marcados por cambios de tipo antropológico y cultural, sobre los que todavía buscamos respuestas a la luz de la Palabra de Dios.
Proponer altos ideales a todos
Pero muchas familias -continuó- las escuelas, las comunidades parroquiales, las asociaciones y la pedagogía misma, son portadoras de experiencias positivas. Estar junto a ellas es importante y urgente, es una expresión del Mieac “educadores de gran corazón … en los laberintos de la complejidad”. “Y ustedes, ¿saben cómo se sale de un laberinto? Nunca solos. Nunca”. “Desde lo alto” añadió el Papa.
De un laberinto se sale desde lo alto y nunca solos. Pienen un poco en esto. La educación cristiana transita por terrenos desconocidos, marcados por el cambio. Al mismo tiempo recogemos las experiencias positivas que nos transmiten muchas familias, escuelas, comunidades parroquiales, asociaciones y la misma pedagogía.
Educadores de corazón grande
“Educadores de corazón grande por el bien de los chicos -agregó Francisco-, de los jóvenes y de los adultos que viven a su lado, ustedes están llamados a ensanchar el corazón -no se puede tener un corazón así: ensanchen el corazón-, a no tener miedo de proponer ideales altos, sin desanimarse ante las dificultades. Las dificultades están ahí, y son muchas”.
Relaciones firmes con otros sujetos educativos
Para no perder el hilo en estos “laberintos de complejidad”, siguió aclarando el Papa Francisco, es importante “construir y fortalecer relaciones fecundas con los distintos sujetos del proceso educativo”, desde las familias a los enseñantes, desde los entrenadores deportivos a los catequistas, pasando por los sacerdotes, las religiosas y los religiosos, “sin descuidar la colaboración con las instituciones públicas”. “En el Congreso que están viviendo estos días – hizo presente Francisco – han renovado su compromiso de llevar adelante una idea y una praxis de la educación”.
Que ponga efectivamente en el centro a la persona, su valor inalienable y su dignidad originaria, para que sea considerada siempre y en todo caso el fin y nunca reducida a un medio, por ningún motivo.
Acompañar y apoyar con el testimonio
Y, de cara al inminente Jubileo, el Papa dejó a los educadores del movimiento una última tarea: acompañar, sostener y animar a los niños, adolescentes y jóvenes, y con su testimonio, “mostrarles el buen camino que lleva a ser todos hermanos”, teniendo en cuenta que “Quien ama educa”, como el título de un libro promovido por la Acción Católica. En su saludo, antes de la bendición, Francisco encomendó el Movimento de Compromiso Educativo de la Acción Católica a la intercesión del Venerable Giuseppe Lazzati, “maestro y testigo creíble, modelo de educador cristiano en el que inspirarse”.
Quien ama, educa: no se olviden de esto. Sin amor, no se puede educar. No se puede educar. ¡Eduquen siempre con amor!
Consultado en: https://www.vaticannews.va/es/papa/news/2024-10/papa-mieac-eduquen-amor-no-tengan-miedo-ideales-altos.html Fecha de consulta: 01/11/2024