Educación para el pensamiento crítico. sin escuela, o homeschooling, y pospandemia
- Categorías Pedagogía e innovación
- Fecha 5 enero, 2022
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Tendemos a asociar a la educación con la escuela y a la escuela con un organismo que regula las conductas y los aprendizajes en un espacio físico estándar (cualquier persona identifica una escuela por su perfil arquitectónico).
Uno y otro términos ameritan una reflexión hoy, en el siglo XXI, y sobre todo después de la etapa aguda de la pandemia. De un lado, la educación es un proceso a través del cual se aprehenden visiones de mundo en el seno de una comunidad, sea ella la familia, una red académica, o quienes habitan en las cárceles, o militan en una secta o partido o son feligreses de una iglesia o conviven en la pandilla barrial o en las tribus contemporáneas que han emergido en las grandes urbes; las personas se educan al interactuar en comunidad: incluso, aunque sea lamentable la afirmación, los corruptos son también “educados” en sus comunidades.
Una cosa es pues la educación y otra la escuela. La primera ha existido siempre; la segunda es un invento de la modernidad y ha sido protagónica desde entonces: todos vuelven la mirada sobre ella y le piden cuentas sobre lo que hicimos y hacemos como si la sociedad se debiera solo a la escuela. Por momentos sobrevienen tensiones entre una y otra y se endilgan reclamos sobre lo que son y hacen; hay gobiernos que propenden por fortalecer la escuela formal, a la vez que propician las otras formas de la educación y hay gobiernos que miran con desdén a la primera y, para ostentar frente a las visitas, embellecen sus ciudades con grandes edificaciones, avenidas y monumentos.
De otro lado, la escuela, además de ser un espacio físico regulado por unos códigos (escolares se les llama) en donde se asimilan “enseñanzas” programadas, es también un lugar invisible e indeterminado en el que las personas interactúan y aprenden, sin que necesariamente haya una regulación formal. Se habla en esta perspectiva, de la ciudad como una gran escuela, Ruta Maestra Ed. 32 61Invitado especial por cuanto con sus museos, teatros, bibliotecas, librerías, jardines botánicos, escenarios deportivos, plazoletas, tiovivos y ferias promueve aprendizajes e incita a la reflexión de manera más natural que como lo hace la escuela formal. Es decir, la disposición de artefactos culturales en la ciudad, sean grandes o pequeñas, enseñan porque enseñar es mostrar.
Autor: Fabio Jurado Valencia
Publicado por: rutamaestra.santillana.com.co
Fecha de consulta: 05/01/2022
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