Por María Teresa Macías Torres
La práctica reflexiva es una opción formativa para las y los docentes que se desempeñan en educación especial. Es esencial reflexionar continuamente sobre nuestra práctica, pero de una forma sistemática, llevando un registro que nos permita dar seguimiento para poder mejorar. Conoce las herramientas y actividades que fortalecen la práctica reflexiva, así como sus beneficios.
La educación inclusiva es un enfoque educativo que se sustenta en el reconocimiento de la igualdad de los derechos, en la no discriminación y en el derecho a la educación, brinda una educación de calidad con equidad que respeta y valora la diversidad. Una educación inclusiva proporciona a las y los estudiantes acceso a los centros educativos, garantiza su participación y aprendizaje, evitando todo acto de marginación, especialmente de aquellos grupos que han sido históricamente excluidos como la población con discapacidad, de pueblos originarios, migrante o en situación de calle. Entre los principales retos a los que se enfrenta la educación inclusiva se encuentra la formación docente, así como también la necesidad de una transformación al interior de las instituciones educativas, de la cultura, políticas y prácticas existentes. Para poder ofrecer una educación inclusiva, las instituciones deben fortalecer y alinear sus programas con valores inclusivos y principios éticos como son el respeto, la empatía, la colaboración y la tolerancia.
En México, la Secretaría de Educación del Estado de Nuevo León (SENL) cuenta dentro de su estructura organizacional con las Unidades de Educación Inclusiva (UDEI). Dichas unidades brindan servicio educativo especializado en colaboración con las escuelas de educación básica. Su principal atención se centra en la población que se encuentra en riesgo de exclusión y que requiere de una Atención Educativa Especializada (AEE). Sin embargo, en las escuelas públicas de educación básica del estado de Nuevo León no ha sido posible alcanzar la cobertura al 100 % con un servicio UDEI y aunque se han tenido importantes avances, aún queda mucho por hacer. Actualmente, existen 262 UDEI que colaboran con más de 1902 centros escolares en 43 de los 51 municipios del estado. Aún siguen sin cobertura los municipios de Agualeguas, Los Aldama, Doctor Coss, Doctor Gonzáles, Los Herrera, Higueras, Parás y Rayones.
La práctica reflexiva como una opción formativa para el equipo de UDEI
Como directora de UDEI, una de las funciones más importantes es la de promover la educación inclusiva. Las UDEI están conformadas por un equipo interdisciplinario que incluye, maestro especialista de apoyo, maestro de comunicación, psicólogo y trabajador social. Dichos profesionales acuden a las escuelas públicas de Educación Básica (primera infancia, primaria y secundaria) y en colaboración con los docentes y directivos de los centros escolares buscan garantizar que todos los estudiantes de cualquier condición física, sensorial, social, de raza o procedencia tengan acceso a una educación inclusiva de calidad (SENL, 2022, p.19).
La capacitación docente del equipo interdisciplinario de la UDEI es una tarea prioritaria, ya que son los responsables de orientar, asesorar y acompañar a directivos, docentes, familias y tutores, así como brindar una atención educativa especializada al estudiantado. La complejidad de diseñar una estrategia formativa para el personal que conforma las UDEI, radica en la importancia de considerar las necesidades específicas de formación de cada uno de sus miembros, ya que varía dependiendo de la función y el nivel educativo en el que se desempeñan.
Pensar en una propuesta formativa que calce a la medida de las necesidades a cubrir por cada docente es una tarea por demás compleja. Sin embargo, considero que la práctica reflexiva es una de las opciones formativas más eficaces para impactar en la mejora de la práctica docente de todas las modalidades y niveles educativos, sin importar el contexto en el que laboren. La práctica reflexiva tiene elementos que permiten vincular la teoría y la práctica, retomando el diálogo, la narrativa y el trabajo colaborativo como prácticas socialmente construidas por el colectivo docente, que nos lleva a pensar y actuar de una forma más crítica.
Fundamentos de la práctica reflexiva
John Dewey (1916) en su libro Democracia y Educación, fue quien dio pie a esta perspectiva crítica-reflexiva con la exposición de la concepción de aprendizaje experiencial y la enseñanza reflexiva. Posteriormente, Donald Schön en 1983 introdujo el concepto de “práctica reflexiva” en la publicación El profesional reflexivo: Cómo piensan los profesionales en acción. Schön propuso la formación mediante la práctica reflexiva explicando cómo los profesionales expertos no solamente aplican conocimientos técnicos basados en la teoría, sino que además son capaces de reflexionar sobre la práctica y en la práctica, lo que se denomina reflexión en la acción y sobre la acción. Otros teóricos de la educación siguieron esta misma línea, tal es el caso de Kolb que en 1984 propone un modelo de aprendizaje experiencial que incluye la reflexión vinculada con las experiencias, con el fin de promover un aprendizaje significativo que abone al desarrollo personal y profesional.
Philippe Perrenoud (2011) retoma las ideas de Schön en su libro Desarrollar la práctica reflexiva en el oficio de enseñar, señalando que “no todo está en los libros”, que los conocimientos teóricos son importantes y necesarios, pero no suficientes (p.15). Schön (1992) aplica este principio para otras profesiones y Perrenoud lo acota hacia la profesión docente al argumentar que una práctica reflexiva no puede ser universal, ya que debe tomar en cuenta la realidad que se vive desde cada una de las profesiones.
Por otro lado, de acuerdo con Domingo (2021), el profesional reflexivo es un docente que percibe las realidades educativas como fenómenos complejos, dinámicos y, por lo tanto, cambiantes. Desde esta perspectiva, el profesional reflexivo analiza su contexto antes de diseñar y estructurar su intervención, realizando ajustes considerando la diversidad y el contexto. Domingo considera que el profesional reflexivo “dispone de un amplio abanico de habilidades personales que le capacitan para la investigación, el análisis, la reflexión y la creación” (p.6).
Actividades y herramientas que fortalecen la práctica reflexiva de las y los docentes
En el año 2018, el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) presentó un documento llamado Directrices para mejorar las políticas de formación y desarrollo profesional docente en la educación básica. En dicho documento se intenta avanzar hacia una conceptualización más clara del desarrollo profesional docente. En su definición destaca la mención hacia “la reflexión permanente, individual y colectiva, en la práctica y sobre ella”. Se refiere no solo al docente reflexivo, sino más bien a una reflexión sistemática que no necesariamente posee el docente, ya que, por lo general, requiere aprender a reflexionar de manera crítica y le es preciso ser guiado y acompañado en este proceso.
En Latinoamérica, las investigadoras argentinas Graciela Cappelletti y Rebeca Anijovich presentan en el 2019 la publicación Documentos Narrativos y Práctica Reflexiva en la formación de profesores, donde se enfatiza el uso de autobiografías y diarios de campo para promover la práctica reflexiva. Asimismo, se cuenta con el trabajo de las autoras mexicanas Sara Elvira Galbán quien publicó en 2016 el libro Hacia una enseñanza reflexiva, en donde aborda los principios de la práctica reflexiva; y de Ingrid Eugenia Cerecero (2018), quien propone un nuevo modelo denominado la práctica reflexiva mediada. También, la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación, Mejoredu, promueve la reflexión sobre la práctica, no solo dentro del aula, sino también en la escuela y comunidad, con la finalidad de identificar fortalezas y limitaciones, permitiendo que los docentes creen consciencia de lo que hacen, de por qué y para qué lo hacen (2022a, p.15).
Herramientas y estrategias que fortalecen la práctica reflexiva
- La bitácora. Es un registro diario, que incluye: fecha, número de estudiantes, tema, logros, dificultades y eventos relevantes. También, puede contener reflexiones del docente y, si este registro se realiza de forma sistemática, es posible ver la trayectoria a lo largo de un tiempo determinado.
- El diario reflexivo. Permite documentar lo que ocurre en la práctica, puede contener descripciones, opiniones y experiencias vividas. Es un doble ejercicio reflexivo, pues mientras se escribe se va analizando la situación y una vez que se lee ofrece una nueva perspectiva distanciada. Abona tanto al desarrollo profesional como al personal.
- Estudio de caso. Se utiliza frecuentemente en educación especial. Permite abordar una situación en la que cada miembro del equipo, desde su área de especialización, realiza aportes que posteriormente comparte con sus compañeros. Esta información ayuda a la mejora de las prácticas y toma de decisiones.
- Registros anecdóticos. Para realizar un registro anecdótico es necesaria la observación directa de las y los estudiantes, a diferencia de la bitácora, que solo se registra cuando se considera que un hecho es significativo o inusual. Sin embargo, desde el inicio es importante determinar el objetivo de dicho registro.
- La historia de vida. Es una de las herramientas para reflexionar más introspectivas, tiene relatos autobiográficos, recoge experiencias tanto personales como escolares. También, se nutre con las interacciones y diálogos que tenemos con nuestros colegas, estudiantes, tutores y familiares. Nos permite ver nuestro trayecto por la docencia, ahí se plasma nuestra forma de ver y de vivir la docencia.
- El diálogo reflexivo entre pares. Parte de las experiencias que vive el docente en su contexto son aquellas cuando se le brinda acompañamiento al docente o entre colegas que narran buenas prácticas o retos que enfrentan. Para ello, es importante mantener una escucha activa evitando hacer juicios.
Estas herramientas promueven la reflexión sobre la práctica siempre que se emplean de forma sistemática. Son instrumentos que aportan información valiosa que deriva en la mejora de la práctica y también en proyectos de investigación que abonan al perfil del docente investigador. El beneficio es en dos vías, por un lado, tendremos docentes con un nivel más profundo y crítico de reflexión; por otro lado, tendremos estudiantes en posibilidad de aproximarse a desarrollar un pensamiento crítico, el cual es considerado un eje articulador en el plan de estudios 2022.
Conociendo el perfil del docente UDEI
En el 2021 se llevó a cabo una investigación con el fin de determinar qué estrategia formativa es la más adecuada para el equipo UDEI considerando que fuera accesible y asequible. El primer paso fue identificar el perfil docente, su nivel de participación en procesos formales de formación continua durante los últimos dos años, los ámbitos de formación que consideran prioritarios, el grado de reflexión sobre su intervención pedagógica y las estrategias de estudio y aprendizaje que utilizan. Para ello, se tomó como muestra a 20 docentes que laboran en dos centros diferentes de educación especial:
- El Centro de Atención Múltiple (instituciones escolares que brindan educación básica a estudiantes con discapacidad, a través de los cuales se promueve la inclusión).
- UDEI
En el rubro de formación continua se encontró que más de la mitad de los docentes no estaban participando en ningún proceso formativo. Entre los motivos que expusieron destaca la falta de tiempo y de recursos económicos. También, indicaron su preferencia por una propuesta formativa que se lleve a cabo en su horario laboral y dentro de su centro de trabajo o zona escolar. Tales como el intercambio de experiencias, talleres, reuniones entre pares y estudio de casos. Es muy importante para ellos y ellas que esta formación no les genere ningún gasto adicional. Los ámbitos de formación que las y los docentes consideran prioritarios de acuerdo con su función son los de inclusión, equidad y convivencia escolar, seguido por la atención al rezago.
En marzo de 2022 se aplicó un segundo cuestionario dirigido a la misma muestra, pero este instrumento tenía el propósito de determinar el nivel de reflexión de los docentes. Uno de los hallazgos sugiere que los años de servicio docente no determinan el nivel de reflexión de un docente. Por lo que es necesario fomentar y guiar al colectivo docente para que de forma sistemática reflexione sobre su práctica.
Para conocer más a fondo el trabajo de las y los docentes, en junio 2022 se aplicó una entrevista narrativa a cinco docentes con la finalidad de escuchar de viva voz cómo hacían frente a situaciones retadoras relacionadas con su práctica. Mientras narraban los hechos, pude apreciar cómo iban reflexionando de una manera más profunda sobre su práctica, observando así, lo que Schön describió como “reflexión sobre la acción”. Durante la narrativa iban cuestionando sus acciones, identificaban las barreras que enfrentaban los estudiantes, así como sus intereses y motivaciones. También, describieron el trabajo con sus colegas, por lo que este instrumento se convirtió en un ejercicio reflexivo per se.
Los docentes comentaron sobre los avances que ven en los estudiantes y cómo esto los motiva. Por ejemplo, una de las docentes, al ver la reacción del estudiante se dio cuenta de que el material que le había entregado no estaba acorde a su edad, por ello, tuvo que realizar ajustes. También, otra docente mencionó como el ambiente laboral influye en su práctica docente, el apoyo que se da entre colegas para enfrentar situaciones retadoras, investigar, buscar y diseñar materiales, con la finalidad de mantener motivado al estudiantado.
Esta experiencia narrativa me permitió comprobar cómo las y los docentes pueden continuar formándose en sus propios centros de trabajo, con sus colegas, siempre y cuando se les dirija en este proceso reflexivo, abriendo espacios para el diálogo y el intercambio de experiencias con sus pares. Pensar en una propuesta formativa que calce a la medida de la diversidad de necesidades de los docentes de educación especial, es sumamente complejo. Sin embargo, la práctica reflexiva brinda la posibilidad de una formación situada, accesible para todos los contextos y niveles educativos.
La práctica reflexiva toma mayor relevancia en el caso de los docentes especialistas, pues después de la revisión bibliográfica se encontraron puntos de convergencia entre el perfil del docente inclusivo y el docente reflexivo. Para la realización del siguiente listado se contrastó la propuesta de la Guía para la inclusión de Ainscow y Booth, y los niveles de reflexión de Larrivee.
Al finalizar la investigación pude darme cuenta de lo esencial que es reflexionar continuamente sobre nuestra práctica, pero de una forma sistemática, llevando un registro que nos permita dar seguimiento para poder mejorar. Por lo cual, les invito a retomar las prácticas como la bitácora, el diario de campo, estudio de caso, registros anecdóticos, la historia de vida y el diálogo reflexivo entre pares, no como un requisito administrativo, sino más bien como un insumo que retroalimenta la práctica. Esto les permitirá reflexionar e intercambiar experiencias con sus pares. Asimismo, es importante recordar que en este contexto la formación continua es una responsabilidad compartida, por lo que la actitud y disposición de los docentes son factores imprescindibles.
Reflexión
Esta investigación se realizó como parte de una tesis de maestría con la finalidad de apoyar a las y los docentes que se desempeñan en educación especial durante su trayecto formativo. El objetivo fue conocer el modelo de formación docente más viable para implementar en el equipo UDEI en la zona escolar en la que laboro. Durante las entrevistas realizadas noté la importancia de hacer un alto, para que los docentes se escuchen así mismos, para que valoren sus logros y también dimensionen sus retos. Los centros educativos no solo forman estudiantes, sino también maestros, por lo que se requiere abrir espacios para que dialoguen, hagan visitas entre pares, reciban retroalimentación e intercambien buenas prácticas.
Un docente especialista en educación inclusiva necesariamente tiene que ser reflexivo. También, es indispensable que promueva la reflexión sobre las prácticas docentes con sus colegas con los que colabora. Esto impactará en la mejora continua del cuerpo docente, a la vez que se promueve una cultura y prácticas inclusivas que deriven en la creación de ambientes inclusivos de aprendizaje.
Les invito a sumarse a esta transformación educativa por medio de la práctica reflexiva. También, a compartir sus experiencias y retos, a estar abiertos a la retroalimentación y al diálogo con otros colegas, así como a formar redes de apoyo con docentes que al igual que ustedes buscan mejorar cada día. Me gustaría saber cómo la práctica reflexiva ha impactado en su labor docente, pueden escribirme para aclarar dudas o intercambiar ideas.
Acerca de la autora
María Teresa Macías Torres (maciast0408@gmail.com) es licenciada en Educación Especial con especialidad en Trastornos de la audición y el lenguaje, tiene una Maestría en Psicopedagogía por la Escuela de Ciencias de la Educación y una Maestría en Formación Docente por la Universidad Pedagógica Nacional. Actualmente, es directora de una Unidad de Educación Inclusiva, en el municipio de Santiago, Nuevo León.
Referencias
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Edición
Edición por Rubí Román (rubi.roman@tec.mx) – Editora de los artículos Edu bits y productora de los Webinars del Observatorio- «Aprendizajes que inspiran» – Observatorio del Instituto para el Futuro de la Educación del Tec de Monterrey.
Consultado en: https://observatorio.tec.mx/edu-bits-blog/la-practica-reflexiva-una-opcion-para-la-formacion-docente-en-inclusion-educativa/ Fecha de consulta: 06/09/2024