María García citó los argumentos contra la asignatura de Religión esgrimidos por la asociación Europa Laica. Concretamente, esta entidad asegura que no ofrecer esta materia es un requisito para “respetar su conciencia”, exige “educación en valores sociales o éticos” y afirma que la asignatura “segrega al
alumnado y limita su derecho a decidir”, y, como “dogmas religiosos y postulados mágicos, van en contra de la razón”. Europa Laica, además, asegura que en la clase de Religión, “se transmiten posiciones en contra de la sexualidad y de los derechos de la mujer” y asegura que “los centros de enseñanza han de servir para aprender y no para creer”.
“La asignatura de Religión”, aseguró la presidenta del OLRC, “no es una catequesis”. Se le otorga menor
valor que a otras materias escolares o incluso a actividades como excursiones. “Son profesionales a los
que discriminan y niegan, por ejemplo, tener tutorías”, afirmó María García. “Se olvida”, concluyó, “que
tienen magisterio y, además, teología. A ello hay que añadir que España es un país de raíces cristianas”.
Por su parte, Esther Jiménez compartió su experiencia. “Hemos visto de todo”, afirmó. “La clase de religión
tiene que ser para educar. El punto de reflexión debe ser cuál es la sociedad que queremos y cómo
vamos a educarlos para el futuro. Hay una disociación entre lo que queremos de la sociedad y lo que se
está enseñando. En general, en todo el ámbito de la educación parece que no somos capaces de decirle a
los chicos lo que está bien o lo que está mal”.
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